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Bashar Noorzai en Kabul tras su liberaciónAFP

EE.UU. libera al «Pablo Escobar» afgano en un intercambio de prisioneros con los talibanes

Hajji Bashar Noorzai se convirtió en el principal narcotraficante de Afganistán gracias a sus vínculos con los talibanes. Fue condenado a cadena perpetua por inundar de heroína EE.UU.

Estados Unidos liberó este lunes al narcotraficante afgano, y figura cercana al exemir de los talibanes, el mulá Omar, Hajji Bashar Noorzai, condenado a cadena perpetua y conocido como el «Pablo Escobar» afgano.

Noorzai ha sido puesto en libertad y trasladado a Afganistán en un intercambio de prisioneros con los talibanes en el que, a cambio, ha sido puesto en libertad por el régimen talibán y enviado a Estados unidos el ingeniero y veterano de la Marina estadounidense Mark Frerichs.

La biografía de Noorzai sorprende por los bandazos que dio a lo largo de su trayectoria criminal. Combatió como muyahidín a los ocupantes soviéticos en los años 80 y se destacó también por haber combatido a los talibanes.

Noorzai fue uno de los muyahidines que se rindieron a los talibanes en 1994. Fue entonces cuando cambió de chaqueta y se acercó al movimiento de los «estudiosos del islam» y se incorporó a la cofradía islamista en Afganistán y a su recién instaurado emirato.

Dentro del movimiento talibán creció velozmente hasta convertirse en uno de los confidentes del mulá Omar.

Desde su posición privilegiada en el Afganistán talibán, construyó su imperio de la droga. Afganistán era, y es, el primer productor mundial de opio y Noorzai inundó Estados Unidos y Europa de heroína.

Gracias al éxito de su «negocio» de narcóticos, este «Pablo Escobar» afgano financió la administración afgana y sus ofensivas militares.

Según el fiscal estadounidense, David Kelley, Noorzai mantuvo una relación «simbiótica» con el régimen de los talibanes entre 1990 y 2004”. En ese período, «Noorzai y su red criminal proporcionó explosivos, armamento y mano de obra a las milicias de los talibanes».

Como pago de sus servicios, los talibanes permitieron «que los negocios de Noorzai florecieran y proporcionaron protección a los cultivos de opio de Noorzai, a sus laboratorios de heroína y a las rutas de transporte de drogas al exterior».

Tras la caída del régimen de los talibanes en 2001, Noorzai trató de cambiar de bando por enésima vez e inició un acercamiento a Estados Unidos y al nuevo gobierno afgano post talibán.

Sin embargo, nada evitó que Noorzai fuera finalmente detenido en abril de 2005 en Nueva York, donde se encontraba de viaje, juzgado y condenado a cadena perpetua por enviar heroína a Estados unidos. Cumplió 17 años de cárcel.

Por su parte, Mark Frerichs es un veterano de la Marina estadounidense que trabajaba en Afganistán como ingeniero civil en proyectos de construcción cuando fue secuestrado, según señaló el Departamento de Estado estadounidense.