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La vicepresidente de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner©GTRESONLINE

Argentina

Los delirantes y peligrosos chats de la «banda del copito» que atentó contra Cristina Kirchner

Tenían previsto el ataque para una semana después, el jefe de la «banda de los copitos» reconoce que el atentado estaba previsto para una semana más tarde y anuncia otro ataque contra Máximo Kirchner

«La banda de los copitos», porque vendían copos de algodón dulce, pasará a la historia como un grupo de descerebrados que estuvo a un palmo, -la distancia entre la pistola que falló y el rostro de Cristina Kirchner-, de matar a la vicepresidenta.

Las conversaciones y chats filtrados a la prensa desnudan un amago de organización criminal compuesta por cuatro aprendices de asesinos.

El último chat lo protagoniza Nicolás Gabriel Carrizo. Considerado el jefe de la banda callejera, es el cuarto detenido que fue atrapado cuando fue a buscar su teléfono móvil a la Comisaria.

Estamos decididos a matarlaNicolás Gabriel Carrizo, «jefe de la banda de los copitos»

El hombre, de 27 años, reconoce: «Esto estaba planificado para dentro de una semana. Hizo todo mal. Es un pelotudo«, escribe en alusión a Fernando Andre Sabag Montiel, el argentino brasileño de padre chileno que empuñó el arma y disparó sin éxito. «Estamos decididos a matarla» añade y se refiere a la vicepresidenta con un sinónimo de prostituta.

Carrizo se había presentado voluntariamente y entregado su teléfono convencido de que no tenía nada que ocultar. Lo sorprendente es que el «celular» estaba lleno de chats inculpatorios que Carrizo debió haber olvidado, incluido uno de la misma noche del atentado frustrado.

«Pensando en matar al jefe de La Cámpora esta vez»Gabriel Carrizo, considerado el jefe de la banda

El chat de aquella noche lo mantiene con «Jony White», un colega al que le confiesa que tras el fracaso atentado con la vicepresidentes, estaba, «pensando en matar al jefe de La Cámpora esta vez». El «jefe» de esta organización política ultrakirchnerista es Máximo Kirchner.

Gaby no quedan tus huellas. No te comas la cabeza. Tiene la huella del otro chabónAndrea, su contacto del móvil, la misma noche del atentado

En otros chat con alguien identificada como Andrea, Carrizo se confunde y le dice: «El arma es mía» y expresa su preocupación porque «aparecen mis huellas». La mujer le aclara que la pistola, una Bersa calibre 32 no está registrada a su nombre y le tranquiliza: «Gaby no quedan tus huellas. No te comas la cabeza. Tiene la huella del otro chabón» .

Cristina tiene miedo. Salió mal, pero tiene miedo... Mi amigo estuvo a punto de convertirse en héroe nacionalGabriel Carrizo, jefe de la «banda de los copitos»

Más adeñante, se consuela: «Cristina tiene miedo. Salió mal, pero tiene miedo» y añade: «Mi amigo estuvo a punto de convertirse en héroe nacional, Andrea. Estuvo muy cerca. Falló el arma. No lo entiendo. Andaba bien».

En efecto la Bersa, cargada con 5 balas, no disparó el proyectil porque se encasquilló .

Las conversaciones entre ellos serían imposibles de imaginar en un equipo de francotiradores, de mercenarios sudamericanos o asesinos a sueldo. Los chat, sin restar dramatismo a la tragedia que pudo ser, arrojan una imagen de la banda más propia de un submundo de lumpen.

La candidez del ahora detenido sólo es comparable con la de Brenda Uliarte, la novia de Sabag Montiel y la de su amiga Agustina Díaz. Los chats que mantuvieron antes y después del ataque, las condenan. Su defensa, que lo niega todo, va a tener difícil demostrar que no formaron parte de este comando «trucho» (falso) de profesionales adiestrados para matar.

Mandé a matar a la vice Cristina. No salió porque se metió (la bala) para adentro. ¡Una bronca! Te juro, la tenía ahí”Brenda Uliarte, novia del atacante de Cristina Kirchner

En uno de estos Uliarte confiesa a su amiga Agustina Díaz: «Mandé a matar a la vice Cristina. No salió porque se metió (la bala) para adentro. ¡Una bronca! Te juro, la tenía ahí», escribe describiendo el suceso en el que su novio saca la Bersa, la coloca a un palmo del rostro de la viuda de Néstor Kirchner y presiona el gatillo.

Enfadada por el resultado y decepcionada con la oposición, continúa: «¡Los liberales ya me tienen re podrida yendo a hacerse los revolucionarios con antorchas en Plaza de Mayo. ¡Basta de hablar! Hay que actuar.»

Te juro que a esa la voy a bajar (matar). Me tiene re podrida que ande robando y quedé impuneBrenda Uliarte, novia del atacante de Cristina Kirchner

Entre chat y chat cuela frases donde trata de explicar las razones del ataque de su novio. «Lo hizo porque también está re caliente con lo que está pasando. Te juro que a esa la voy a bajar (matar). Me tiene re podrida que ande robando y quedé impune».

La joven, de 23 años, en ocasiones habla de su novio como si fuera un extraño y llega a asegurar a su amigo que Sabag Montiel, no le cobró por encargarse del intento de asesinato a Fernández de Kirchner.

Che, ¿pero que onda que falló el tiro? No practicó antes o le falló la adrenalina del momento?Agustina Díaz, amiga de Brenda Uliarte

«Che, ¿pero que onda que falló el tiro? No practicó antes o le falló la adrenalina del momento? ¿Vos dónde estás? ¿No sería conveniente que vayas a tu casa?», le preguntó Díaz a Uliarte el 2 de septiembre

Uliarte le había dicho a Díaz que se estaba «organizando para ir a hacer bardo (follón) a la Casa Rosada con bombas motolov y todo», a lo que su amiga -también detenida- le respondió: «¿Sería mejor no?»

Voy con el fierro y le pego un tiro a Cristina. Me dan los ovarios para hacerloBrenda Uliarte, novia del atacante de Cristina Kirchner

«Voy con el fierro y le pego un tiro a Cristina. Me dan los ovarios para hacerlo», le retrucó Uliarte y fue entonces que Díaz cerró: «Por eso te amo»

Más adelante, en la misma conversación, Uliarte le reveló: «No es joda boluda. Estoy armando un grupo para ir con antorchas, bombas, fierro todo. Voy a ser la libertadora de Argentina. Estuve practicando tiro, sé usar un fierro».

Pero los chat que mantuvo con su novio son del 27 de agosto, cuando los fans de Cristina Kirchner se arremolinaban en los alrededores de su piso de la calle Juncal y Uruguay, del elegante barrio de la Recoleta de Buenos Aires. Ahí se aprecian los planes para ejecutar el magnicidio.

Si hay que ir a pegarle un corchazo, -añade- ¿sabés que hace falta? Un francotirador, viste que la mina se pone en el balcón, hace falta ahí y pimba, un tiro en la cabezaBrenda Uliarte, novia del atacante de Cristina Kirchner

«Alto depto ese de Recoleta amore, si vieras donde vive Cristina entendés. Cristina vive en Recoleta, estamos re cerca de la mina, la podemos hacer p... (sic)».

«Si hay que ir a pegarle un corchazo, -añade- ¿sabés que hace falta? Un francotirador, viste que la mina se pone en el balcón, hace falta ahí y pimba, un tiro en la cabeza».

Delirante las conversaciones y el plan criminal que intentaron ejecutar el 1 de septiembre, la prensa argentina se hace eco de los chat y del actual estado de los detenidos. Según estas informaciones, Sabag Montiel disfruta en la cárcel viendo la televisión y en especial, los contenidos que le tienen como protagonista. La Policía le ha suprimido el libre acceso a la televisión.

Su novia, por el contrario, habría quedado en shock al ser detenida. Como Carrizo, el jefe de «la banda de los copitos», no cayó en la cuenta de que había dejado sus huellas, en forma de confesión involuntaria, en unos chats que harían las delicias de un guionista de película... de bajo presupuesto.