Fundado en 1910

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, en una imagen de archivoAlfredo Zuniga

Persecución a los cristianos

Ocho sacerdotes cambian de sedes en Nicaragua en medio de la persecución del Gobierno de Ortega

El Ejecutivo sandinista ha llevado a prisión a un obispo, a seis sacerdotes y a dos seminaristas en medio año mientras prohíbe manifestaciones religiosas fuera de los templos

Ocho sacerdotes fueron cambiados de sedes este domingo en Nicaragua, en medio de los roces entre la Iglesia católica y el Gobierno de Daniel Ortega, que llevó a prisión a un obispo, seis sacerdotes y dos seminaristas en los últimos meses.

Los movimientos del clero ocurrieron en la jurisdicción de la Arquidiócesis de Managua, que preside el cardenal Leopoldo Brenes y quien esta semana encabezó un retiro espiritual arquidiocesano.

Entre los sacerdotes que cambiaron de parroquia está Juan Antonio Calero, cuyo templo en la ciudad de Masatepe, fue profanado el 28 de diciembre pasado por personas desconocidas, y Félix Herrera, quien servía en Niquinohomo, municipio natal del héroe Augusto C. Sandino.

Otros religiosos que cambiaron de parroquias fueron Julio César Porras, Henry Antonio Calero, Carlos Aguirre, Melvin Gutiérrez, Jerry Gutiérrez y Brayan Chamorro.

Los movimientos alcanzaron parroquias establecidas en las ciudades de La Concepción, Mateare, Masatepe, Masachapa, Masaya, Santa Teresa y Tipitapa.

La Arquidiócesis de Managua no informó las razones del cambio de sedes de los sacerdotes, ordenados una semana después que la Policía Nacional prohibió actividades religiosas fuera de los templos, como procesiones, fiestas patronales, romerías, pago de promesas, entre otras.

El 2022 ha sido un año especialmente convulso para la Iglesia católica de Nicaragua con el Gobierno de Ortega, quien ha tildado de «golpistas» y «terroristas» a los jerarcas.

Este año, el Gobierno sandinista expulsó del país al nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag y a 18 monjas de la orden Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta, mientras que varios sacerdotes optaron por el exilio.

Adicionalmente llevó a prisión a siete sacerdotes, cerró nueve estaciones de radio católicas y sacó de la programación de la televisión por suscripción a tres canales católicos.

La Policía además ingresó por la fuerza y allanó una parroquia, impidiendo a los feligreses recibir la eucaristía dentro del templo y sitiando a otros sacerdotes en sus iglesias, prohibido procesiones con imágenes de los santos, entre otros.

Las relaciones entre los sandinistas y la Iglesia católica de Nicaragua han estado marcadas por roces y desconfianzas en los últimos 43 años.

La comunidad católica representa un 58,5 % de los 6,6 millones de habitantes de Nicaragua, según el último censo nacional.