Fundado en 1910

Un manifestante con una bandera rusa en UagadugúAFP

África

El nuevo líder golpista de Burkina Faso quiere a Rusia como socio para combatir a los islamistas

Rusia y Francia están enfrascadas en una batalla por la influencia en varias antiguas colonias francesas en África occidental y central

El coronel Paul-Henri Damiba había derrocado al presidente Roch Kaboré en enero pasado y ahora éste militar ha sido depuesto por otro, el capitán Ibrahim Traoré, en un nuevo capítulo de la inestable política en Burkina Faso.

El último golpe de Estado del país africano, el noveno desde la independencia de Francia en 1960, se justificó en la inacción del presidente Kaboré ante la creciente violencia islamista.

La insurgencia islamista estalló en el país en 2015, dejando miles de muertos y obligando a unos dos millones de personas a abandonar sus hogares.

El nuevo líder autoproclamado de Burkina Faso, el capitán Ibrahim TraoreAFP

Ahora, Traoré, el nuevo líder golpista prometió «moverse más rápido» para solucionar los problemas «urgentes» del país, incluida la insurgencia de militantes islamistas.

Traoré dijo el domingo que el país se enfrentaba a una emergencia en todos los sectores, «desde la seguridad hasta la defensa, la salud, la acción social, la infraestructura», y que era hora de que el gobierno «abandonara la burocracia innecesaria».

El depuesto coronel Damiba, presentó su dimisión «condicionada», desde un lugar no revelado -posiblemente el vecino Togo- dijo que le deseaba mucho éxito al nuevo líder de Burkina Faso.

De acuerdo con la BBC el militar derrocado propuso siete condiciones para dimitir, incluida una garantía de su seguridad personal y familiar, un acuerdo para continuar con los esfuerzos de reconciliación nacional y un respeto continuo de la garantía de volver al gobierno civil en un plazo de dos años.

Retornar al orden constitucional

La Unión Africana ha exigido el retorno del orden constitucional a más tardar en julio de 2023, coincidiendo con el grupo regional Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) en que la destitución del líder teniente coronel Damiba fue «inconstitucional».

​Pero desde entonces, la CEDEAO ha elogiado a «las diversas partes en Burkina Faso por acordar una solución pacífica de sus diferencias», ya que los días de luchas de poder llegaron a su fin sin derramamiento de sangre.

La sombra de Rusia

Rusia y Francia están enfrascadas en una batalla por la influencia en varias antiguas colonias francesas en África occidental y central.

El fin de semana hubo ataques contra instalaciones francesas, después de que se informara que el teniente coronel Damiba se refugiaba en una base militar de Francia en la capital, Uagadugú.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia dijo que eran obra de «manifestantes hostiles» que habían sido «manipulados por una campaña de desinformación contra nosotros».

Algunos en Uagadugú corearon consignas prorrusas y ondearon banderas rusas mientras saludaban al nuevo líder de la junta militar y su convoy el domingo.

Los partidarios de los golpistas consideran a la antigua potencia colonial como un aliado del militar derrocado y la junta militar ya habla de trabajar con nuevos socios para luchar contra los insurgentes islamistas. Los analistas creen que ese acercamiento a Moscú podría significar la contratación de mercenarios rusos.

Los contratistas militares rusos están activos en el vecino Malí, después de que las fuerzas francesas se retiraron tras una disputa con los líderes militares de ese país. Los grupos de derechos humanos acusan a los rusos de cometer abusos y masacres de civiles, lo que Rusia siempre ha negado.

El jefe del grupo mercenario ruso Wagner, Yevgeny Prigozhin, ha celebrado la toma del poder Ibrahim Traoré. Mientras tanto, Moscú dijo este lunes que «le gustaría que la situación en Burkina Faso se normalizara lo antes posible».