Los soldados ucranianos se marcan como objetivo conquistar Jersón antes de Navidad
Las fuerzas ucranianas desplegaron hace semanas una contraofensiva en esta región, controlada por los rusos desde los primeros compases de la guerra
A cientos de metros de distancia, tres enormes lanzacohetes rusos BM-27 Huracán han quedado reducidos a meros esqueletos de acero. En el frente sur, los soldados ucranianos, animados por sus recientes éxitos, quieren llegar a la ciudad de Jersón para Navidad.
Los árboles bajo los cuales estaban escondidos los «Huracán» ardieron. De eso hace ya una semana, pero el aire todavía huele a quemado. En los tubos de uno de los BM-27, un aparato gigantesco de ocho ruedas puesto en servicio bajo la Unión Soviética, todavía queda un cohete que no estalló.
Un poco más lejos, se ve el chasis de un camión cuya matrícula rusa quedó tirada sobre la hierba. Pero su carga está intacta: una docena de cohetes Huracán que el ejército ucraniano utilizará.
«Pronto los cargaremos y se los llevaremos a los nuestros», asegura el soldado.
«Los rusos dicen que han organizado su retirada, pero cuando organizas tu salida no dejas tus armas, tu ropa interior o tus almohadas», se burla «Doc», un socorrista.
Las fuerzas ucranianas desplegaron hace semanas una contraofensiva en esta región, controlada por los rusos desde los primeros compases de la guerra.
Este miércoles, la presidencia ucraniana anunció que sus tropas recuperaron cinco localidades más de esa zona: Novovasilivka, Novohryhorivka, Nova Kamianka, Trifonivka y Chervone en el distrito de Berislav.
Hormigón
«La moral del enemigo está en horas bajas y está en fuga. El segundo mayor ejército del mundo tiene miedo del número 22», se jacta «Kappa», comandante de una unidad de artillería.
«Deberíamos aumentar nuestra velocidad en lugar de reducirla, para así empujarlos al otro lado del río». Esto se debe a que los ucranianos han avanzado al oeste del río Dniéper, mientras que los rusos siguen controlando firmemente la parte oriental, agrega.
231 días de guerra en Ucrania
Hungría señala que las sanciones de la UE contra Rusia han causado la actual crisis energética
Pero la maniobra no parece tan clara, ya que las posiciones se han congelado en los últimos días. Las tropas de Moscú se han reagrupado tras una nueva línea defensiva que han reforzado fuertemente, incluso con hormigón.
Los ucranianos barrieron a su enemigo en el norte de la región de Jersón a principios de octubre gracias a que los rusos estaban en «inferioridad numérica», explica George Barros, analista del Institute for the Study of War (ISW).
Pero detrás del nuevo frente, las líneas rusas «se apretarán», lo que facilitará su defensa y complicará el avance ucraniano, agrega Barros.
Colocar «una sexta parte de las fuerzas totales» rusas, o más, en el suroeste de la región de Jersón es «extremadamente peligroso», observa por su parte el experto militar francés Michel Goya.
Desastre potencial
«La posición es paradójicamente sólida, pero también frágil, porque puede explotar bajo presión», lo que a su juicio sería «un desastre quizás decisivo para el destino de las fuerzas expedicionarias rusas en Ucrania».
Desde hace meses, las fuerzas de Kiev bombardean los depósitos de municiones del enemigo, así como las infraestructuras que permiten a Moscú abastecer a sus tropas.
El puente de Crimea, que según Gumenyuk suministraba el «75 % del equipamiento (militar) a la región de Jersón» quedó parcialmente destruido el sábado tras un ataque cuya responsabilidad no fue reivindicada por Kiev.
«Los rusos todavía no tienen problemas de abastecimiento», señala el experto francés Pierre Grasser. Según él, si la situación fuera crítica, harían «muchos más envíos aéreos».
«Jersón es un objetivo a largo plazo, pero no es alcanzable hasta el invierno», sostiene.
¿Qué pasará con Jersón después de eso? Asaltar la ciudad supondría grandes bajas en ambos bandos y una inmensa destrucción.
Grasser especula con un «trueque» entre Kiev y Moscú, con los ucranianos abandonando sus pretensiones sobre la región oriental del Donbás en primavera a cambio de una ciudad de Jersón devuelta «en buenas condiciones».
Una posibilidad que hoy parece prácticamente imposible ante la postura maximalista mantenida por ambos bandos.
230 días de guerra en Ucrania
«Rusia se está quedando sin municiones y sin soldados», asegura la inteligencia británica
Pero, por otro lado, George Barros solo puede imaginar una victoria total de Ucrania. «Los rusos ya perdieron la guerra», asegura.