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Resultado de un bombardeo ruso en ZaporiyiaAFP

233 días de guerra en Ucrania

Los halcones del Kremlin le piden más sangre a Putin

Putin anunció que el Ejército ruso ya no tiene la necesidad de ejecutar bombardeos masivos en Ucrania. ¿El motivo? Se habría quedado sin misiles

La campaña de bombardeos emprendida por Rusia esta semana ha dejado un reguero de sangre en las principales ciudades ucranianas.

El Ejército ruso se ha valido de misiles Iskander, pero sobre todo de los drones proporcionados por Irán Shahed-136 y una gran cantidad de «bombas tontas» que causan grandes víctimas civiles y son poco efectivas a la hora de alcanzar el objetivo.

La oleada supuso 84 disparos el lunes y 28 el martes. El miércoles y el jueves se registraron nuevos ataques, pero con una intensidad mucho menor.

El resultado: decenas de muertos y la caída de la red eléctrica en varios puntos de Ucrania. Las autoridades ya han logrado reponer el suministro eléctrico en casi su totalidad. Lo que duele de verdad son los muertos y los heridos.

Pese al drama, los sectores más ultranacionalistas del Kremlin, aquellos que con más pasión defienden la guerra criminal emprendida por Putin en Ucrania, los llamados «halcones» rusos, reclaman más bombardeos contra civiles, más muertes, más sangre.

Según informó The Washington Post, el miembro del Consejo de Relaciones Interétnicas del gobierno ruso, Bogdan Bezpalko, defendió que los bombardeos «tienen que hacerse constantemente, no solo una vez, sino entre dos y cinco semanas seguidas".

Solo así «se podrá inhabilitar por totalmente su infraestructura, sus centrales térmicas, las centrales de calefacción y energía, todas las centrales eléctricas, todas las subestaciones, todas las líneas eléctricas, todos los nudos ferroviarios».

«Sólo entonces», añadió, «descenderán al frío y a la oscuridad. No podrán transportar municiones ni combustible y el Ejército ucraniano se convertirá en una multitud de hombres armados con pedazos de hierro».

Sin embargo, no parece que el inquilino del Kremlin esté por la labor. En la rueda de prensa que concedió este viernes en Astaná, capital de Kazajistán, Putin dio por zanjada la campaña de bombardeos que, por otra parte, no ha dado a Rusia ningún beneficio en el campo de batalla, y anunció que «ahora no hay necesidad de ataques masivos».

El anuncio desató toda clase de especulaciones: ¿Está preparando Putin una negociación seria para un alto el fuego? ¿Tal vez se ha quedado sin misiles?

La explicación apunta, más bien, a la segunda posibilidad. Según el Post, «el Ejército ruso parece haberse quedad sin suficientes misiles de precisión para mantener ataques aéreos al ritmo del visto el lunes».

Si Rusia todavía no ha destruido los suministros de electricidad y agua a Ucrania es por la sencilla razón de que no puede, se ha quedado sin misiles.

El ministerio de Defensa ucraniano también ha respaldado esa explicación. Recientemente difundió datos de misiles rusos empleados en Ucrania.

Desde el inicio de la guerra el 24 de febrero, Rusia ha perdido 1.235 misiles de precisión. De los 1.844 con que contaba al inicio de la invasión, le quedan 609.

De los 900 misiles Iskander con que contaba, le quedan 124. De los 500 misiles Kalibir, cuenta ya solo con 272. De los 444 misiles de crucero Kh-101 y Kh-555 que tenía antes de la invasión, ya solo posee 213.