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Truss elige a Jeremy Hunt, un veterano del gobierno de David Cameron, como ministro de Economía

El nombramiento de Hunt se produce después de la destitución de Kwasi Kwarteng tras una errática gestión económica

El «terremoto» político desatado en Reino Unido a raíz de la dimisión del ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, a instancias de la primera ministra Liz Truss, no ha finalizado.

El 10 de Downing Street confirmó que el nuevo ministro de Economía será el diputado conservador Jeremy Hunt un veterano «tory» del equipo de exprimer ministro conservador David Cameron.

De 56 años, Hunt ya desempeñó el cargo de ministro de Sanidad con David Cameron y de Exteriores con Theresa May.

Como nuevo titular de Economía, Hunt deberá hacer frente a la amenaza de desplome de la libra tras meses de bandazos en política económica que llevó al gobierno británico a anunciar una congelación del impuesto de sociedades y retractarse casi de forma inmediata.

Hunt también deberá emprender, como tarea inmediata, el ajuste de las medidas anunciadas por su predecesor en su «minipresupuesto», con medidas de contención de precios energéticos y de alivio de facturas energéticas.

En una carta de despedida del ya exministro Kwarteng, Liz Truss reconoció la labor de Kwarteng al frente de Economía: «Has sido Canciller en tiempos extraordinariamente desafiantes frente a severos vientos en contra a nivel mundial».

«La Garantía del Precio de la Energía y el plan de Alivio de la Factura de la Energía, que constituyeron la mayor parte del minipresupuesto, se mantendrán como una de las intervenciones fiscales más importantes de los tiempos modernos», reconoció la primera ministra británica.

La cabeza de Kwarteng ha sido el precio a pagar por Liz Truss por mantenerse en el 10 de Downing Street, aunque no se sabe de cuánto tiempo será la prórroga.

En el Partido Conservador el descontento con Truss está demasiado extendido y son muchas las voces que piden nuevas elecciones que cierre la crisis política abierta tras la dimisión de Boris Johnson.

La conocida como «conspiración del Partido Conservador», sería la palanca que llevó a Truss a prescindir de su ministro de Economía.

Los conservadores contemplan con horror la deriva de la política económica del gobierno de Truss, que funciona a base de bandazos y pasos en falso.