El infierno del régimen talibán: una mujer se ahorca para evitar morir apedreada
La mujer casada de 24 años fue condenada a muerte por lapidación tras ser acusada de ser infiel a su marido con otro hombre casado
Una mujer afgana ha fallecido tras ahorcarse para evitar la muerte mediante lapidación. La mujer había sido condenada a la pena máxima después de ser interceptada por los talibanes cuando trataba de fugarse con un hombre casado.
El adulterio está seriamente castigado en el régimen de los talibanes en Afganistán y se pena con la muerte.
Según el medio Rukhshana Media, plataforma de comunicación afgana centrada en denunciar los abusos contra los derechos humanos, Salima se negó a morir por lapidación, y prefirió ahorcarse antes que sufrir la condena.
Las fuerzas talibanes interceptaron en un control a Salima con su amante, ya que, según las leyes del régimen talibán, las mujeres no pueden caminar más de 72 kilómetros sin estar acompañadas por un pariente masculino.
Sirajuudin, como se conocía al hombre con el que Salima mantenía relaciones a escondidas, fue abatido a tiros tras intentar escapar de la custodia de los talibanes.
Abolfida Ghor Badri, el portavoz de los talibanes de la provincia de Ghor, afirmó que los talibanes dispararon por error a Sirajuudin, ya que era de noche cuando el hombre intentó escapar.
El portavoz exculpó a las fuerzas afganas, y sostuvo, que la intención de estas no era acabar a tiros con la vida de Sirajuudin, sino evitar que huyera.
Desde agosto de 2021, fecha en la que los talibanes tomaron el poder en Afganistán, especialmente niñas y mujeres (aunque también hombres) viven en un auténtico infierno de represión y falta de libertad.
En marzo de 2022, los talibanes optaron por prorrogar el cierre de las escuelas de niñas que cursaran 6º de primaria en adelante.
De esta manera, incumplieron sus numerosas promesas que habían profesado acerca de la reapertura de aulas para mujeres.
La gota que colmó el vaso tuvo lugar en mayo de 2022, cuando los talibanes crearon un decreto que obligaba a las mujeres, entre otras cosas, a cubrirse en lugares públicos de la cabeza a los pies.
Se trata de un decreto que confirmó los peores presagios que tenía la comunidad internacional acerca del destino del país islámico.
El decreto impuesto por los talibanes impedía abandonar el domicilio a las mujeres salvo causa de fuerza mayor.
Además, los hombres también entraban en la ecuación, ya que, si no salvaguardaban la correcta vestimenta de sus mujeres, podrían verse ante la justicia e incluso acabar en prisión.
En el anterior gobierno de los talibanes, entre 1996 y 2001, también hubo restricciones muy similares de cara a los derechos y libertad de la mujer.