252 días de guerra en Ucrania
La guerra en Ucrania rompe la unidad entre Hungría y Polonia
los gobiernos de Polonia y Hungría, han sido almas gemelas ideológicas dentro de la Unión Europea en su lucha contra la «ingeniería social» emprendida desde Bruselas, pero tras la invasión rusa de Ucrania se han distanciado al sostener postura antagónicas.
Mientras Varsovia ha sido uno de los partidarios más acérrimos de Kiev, instando a sanciones más duras, el líder de Hungría, Viktor Orbán, ha descrito al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, como su «oponente» y culpó a la política europea contra Rusia por la inflación y el aumento de los precios de la energía.
La ruptura se hizo más evidente en abril cuando Jarosław Kaczyński, el político más poderoso de Polonia y presidente del partido gobernante Ley y Justicia (PiS), describió la postura de Orbán sobre Ucrania como «muy triste» y «decepcionante».
Más recientemente, un intento de Varsovia de reactivar la cooperación con Hungría pareció no llegar a ninguna parte. El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, dijo a un semanario progubernamental el mes pasado que a Polonia le gustaría volver a cooperar con el Grupo Visegrád (V4), reabriendo así la puerta a mejores lazos con Hungría, pero las circunstancias han cambiado tras la guerra.
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Aunque a algunos líderes políticos polacos les gustaría «innovar y conspirar juntos en la política europea» con Orbán no pueden hacerlo debido a la impopularidad del líder húngaro señaló a The Guardian Wojciech Przybylski, editor de la revista Visegrád Insight.
«Tienen que distanciarse manifiestamente de Viktor Orbán, cuya comunicación política se volvió tóxica para la popularidad de los políticos en Polonia», agregó Przybylski y agregó que la cooperación con Orbán fue bloqueada por los partidos gobernantes de Polonia debido a «el sentimiento dominante de inseguridad en la sociedad polaca y la percepción de Rusia y la percepción de Ucrania».
Hungría ha intentado enmendar las relaciones con sus vecinos. Tras su elección en mayo, la nueva presidenta de Hungría, Katalin Novák, realizó su primer viaje al extranjero a Varsovia en un intento de reforzar la alianza.
Contrariamente a las afirmaciones de que el V4 está muerto, Eslovaquia recibió la semana pasada a los presidentes de los cuatro países para discutir la seguridad regional y la crisis energética. Pero en la conferencia de prensa de clausura, la presidenta de Eslovaquia, Zuzana Čaputová, señaló la posición inconsistente del V4 sobre la ayuda militar a Ucrania.
Estas incoherencias volvieron a aflorar el 17 de octubre, cuando Hungría se abstuvo de establecer una misión de la UE para entrenar a las tropas ucranianas.
La ruptura polaco-húngara es solo el último signo de divergencia entre el cuarteto centroeuropeo, cuyos políticos son menos homogéneos políticamente que en 2015-16 cuando se unieron en gran medida contra las cuotas de refugiados durante la crisis migratoria.