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El secretario general de la OTAN, Jens StoltenebrgAFP

257 días de guerra en Ucrania

Informes de la OTAN apuntan a que Ucrania podría negociar con Rusia cuando reconquiste Jersón

La OTAN y EE.UU. creen que, si las tropas ucranianas conquistan Jersón, podrán negociar con Rusia desde una posición de fuerza

La OTAN y Estados Unidos forzarán a Ucrania a la negociación con Rusia en cuanto las tropas ucranianas culminen la reconquista de Jersón y puedan afrontar un posible acuerdo de paz en una posición de ventaja frente a una Rusia en crisis.

Según revela este lunes el diario italiano La Repubblica, en las oficinas de la OTAN es Bruselas están circulando informes que apuntan a una posible negociación seria, incluso a corto plazo, entre Kiev y Moscú.

Según dichos informes, la reconquista de Jersón sería un golpe muy duro y humillante para el Kremlin, lo que pondría a Ucrania en una posición de dominio tanto estratégico como en el ámbito político y diplomático.

Estados Unidos, que según señaló The Washington Post, está ya presionando al gobierno de Zelenski para que acepte negociar con Rusia, quiere empezar a encauzar una solución diplomática para la guerra antes de que la situación económica global se deteriore aún más.

La conquista de Jersón permitiría a las tropas ucranianas la posibilidad de abrir una puerta de avance hacia el sur y, en particular hacia Crimea, lo que, junto con el avance desde el norte por Lugansk, permitiría crear una pinza sobre el mar de Azov, ahora controlado por completo por tropas rusas.

Según los informes que circulan por los despachos del cuartel general de la OTAN y del Pentágono, señala La Repubblica, las fuerzas armadas rusas se encuentran en este momento bajo una presión insoportable.

Las tropas rusas son incapaces de cerrar el paso a las ucranianas, se ven obligados a acometer repliegues tácticos y no logran recuperar el empuje ofensivo.

Ante la frustración en el campo de batalla, Rusia se limita a bombardear de forma masiva las infraestructuras ucranianas y a establecer una línea defensiva con fortificaciones en la retaguardia con la intención de frenar el avance ucraniano y establecer una futura línea de contacto fronteriza en los territorios ocupados que ven con posibilidades reales de conservar.

Los estrategas creen que en el momento en que pierda la orilla norte del Dniéper, Rusia se verá forzada a rebajar sus exigencias y aceptar las reclamaciones ucranianas en una futura negociación.

Perdería también recursos hídricos estratégicos para garantizar el suministro de agua potable a la península de Crimea. Además, perdería toda la infraestructura de transporte fluvial esencial para garantizar la viabilidad de la industria en Jersón y Crimea controlada por las fuerzas de ocupación.

Por ello, la conquista de Jersón cambiaría el curso de la guerra.