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El presidente electo de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva)AFP

Brasil

Lula afina los nombres de su tercer Gobierno y baraja dividir el de Economía

El presidente electo tiene previsto desdoblar la principal Cartera en tres: Hacienda, Planificación e Industria y Comercio

El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha comenzado a moldear su futuro tercer gobierno.

Lula, de 77 años, mantiene reuniones con su equipo en Sao Paulo y se espera que viaje el martes a Brasilia para acompañar de cerca la transición y las negociaciones con el Congreso. Además prevé reunirse con el jefe de la Cámara de Diputados, Arthur Lira.

El equipo de transición de Lula trabajará en las oficinas del Centro Cultural Banco de Brasil, en la capital. La economía es el principal desafío, pero conocer también su posición respecto a las dictaduras de Venezuela, Cuba y Nicaragua es algo que la comunidad internacional aguarda.

El gobierno electo está ante un desafío inmediato: garantizar recursos para cumplir promesas de campaña, como la manutención del Auxilio Brasil, antiguo Bolsa Familia, de 600 reales, unos 118 euros.

«No podemos comenzar 2023 sin el Auxilio, sin un aumento real del salario mínimo. Fue prometido al pueblo en las urnas», asegura Gleisi Hoffmann, presidenta del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula.

Sin recursos suficientes en el presupuesto, aliados de Lula negocian con el parlamento la aprobación de un proyecto de enmienda constitucional que permita aumentar los gastos, burlando la regla del «techo de gastos». El proyecto debe ser aprobado antes del 15 de diciembre.

para el Auxilio Brasil, un subsidio de 150 reales -30 euros- para familias con niños de hasta 6 años, serían necesarios 70.000 millones de reales, casi 14.000 millones de euros

Solo para el Auxilio Brasil, un subsidio prometido de 150 reales, 30 euros, para familias con niños de hasta 6 años, serían necesarios 70.000 millones de reales, cerca de 14.000 millones de euros.

El conservador Partido Liberal de Bolsonaro será en 2023 la mayor bancada en ambas cámaras, una oposición más dura que la protagonizada por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), durante los dos primeros mandatos de Lula.

Pero líderes del «Centrao», partidos que suelen aliarse con el gobierno, han mostrado rápidamente voluntad de diálogo.

El presidente entre 2003 y 2010, derrotó en el balotaje a Jair Bolsonaro, en una campaña que se centró en la promesa del retorno a una prosperidad pasada, sin muchas pistas sobre cómo pretende gobernar ni programa.

Ahora, Lula, enfrentará «el mismo desafío de la izquierda latinoamericana» que llegó recientemente al poder, dijo el politólogo Leandro Consentino.

Esto es: «Cómo compatibilizar la responsabilidad fiscal con una agenda social bastante esperada», en un contexto post pandémico de inflación y posible recesión global, agregó este profesor del instituto Insper de Sao Paulo.

La realidad económica de Brasil dista de la bonanza de los años 2000, cuando Lula pudo financiar sus políticas sociales surfeando el «boom» de las materias primas

La realidad económica de Brasil dista de la bonanza de los años 2000, cuando Lula pudo financiar sus políticas sociales surfeando el «boom» de las materias primas, con precios meteóricos.

Prometió conciliar «responsabilidad fiscal, social y sustentable», pero -informa Afp- mantiene en vilo a los mercados por la definición de quién será su ministro de Hacienda, incertidumbre que se extiende a todas las carteras.

A diferencia de Bolsonaro, que creó un «superministerio» de Economía, Lula prevé desdoblar la cartera en tres: Hacienda, Planificación e Industria y Comercio.

«El mercado reaccionará de acuerdo a los nombres que formen el conjunto», aseguró Adriano Laureno, de la consultora Prospectiva.

Fernando Haddad, exministro de Educación, y Aloizio Mercadante, coordinador del programa de gobierno de Lula, podrían desembarcar en el área económica, especula la prensa brasileña.

El «resucitado político», como se considera Lula después de dar esquinazo a la justicia, gracias a errores procesales, prometió combatir la deforestación en la Amazonía, asignatura pendiente de sus Gobiernos y aún más del de Bolsonaro.

De nuevo en el ruedo de la política internacional, Lula viajará a Sharm el Sheij (Egipto) y participará en la COP27 a la que llegará el día 14, tras ser invitado por el presidente del país Abdel Fattah al-Sisi.

«La cuestión climática ahora es una prioridad estratégica del más alto nivel», dijo en una entrevista a Folha de S. Paulo la exministra de Medio Ambiente Marina Silva, quien acompañará a Lula a Egipto.

La protección de la Amazonía será clave para «recuperar la credibilidad del país ante la comunidad internacional» y destrabar acuerdos comerciales como el de la Unión Europea y el Mercosur, opinó André César, analista de la consultora Hold.