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Un hombre hace la compra en un supermercado de Anchorage, AlaskaSpencer Platt / Getty Images vía AFP

Elecciones de EE.UU.

¿Recesión poselectoral en la economía americana?

El gobernador de la Reserva Federal de EE.UU. confesó que esperaba «algo de dolor por delante» para la economía estadounidense

Cuando una situación social o económica todavía no se ha definido claramente, se utiliza la frase típica de «el jurado todavía está deliberando». La economía poselectoral de los Estados Unidos se juega, en este caso, entrar o no en recesión. ¿Pero cuál es la situación económica actual en la primera potencia económica mundial?

El último dato económico en el tercer trimestre de 2022 ofrece claras muestras de desaceleración. En este período, el PIB real creció a una tasa anualizada del 2,6 %, en relación con el trimestre anterior. Sobre el papel son unas buenas cifras, pero la cuestión es la calidad de la composición del crecimiento, ya que este está basado en una aportación del 0,97 % del consumo, una fuerte caída de la inversión empresarial del -1,59 % y una aportación extraordinaria del comercio exterior (exportaciones menos importaciones), que representa el 2,77 %. Sin embargo, es probable que las importaciones repunten y que las exportaciones se debiliten, dadas las claras señales de desaceleración económica en el extranjero y la fortaleza del dólar en los próximos trimestres.

Un indicador del PIB mucho más interesante para darnos cuenta de la situación de salud de la economía son las ventas finales reales a los compradores que viven en los Estados Unidos, que es la suma del gasto del consumidor y el gasto de inversión fija. Éstas se mantuvieron prácticamente sin cambios en el tercer trimestre.

Los mercados e indicadores económicos

En primer lugar, los precios siguen desbocados, con una inflación del 8,8 % interanual en septiembre, también el dato de inflación subyacente (que excluye los precios más volátiles de alimentos y energía) repuntó a una tasa anual del 6,6 %. En segundo lugar, la Reserva Federal volvió a subir el tipo de interés oficial hasta el 4 % para intentar estabilizar el avance de los precios. Estos dos factores explican la debilidad del consumo interno, pues a las familias norteamericanas se les encarece la factura de sus gastos en su consumo y, al mismo tiempo, se les encarece el coste financiero de su endeudamiento.

Resumiendo, menos renta disponible para poder adquirir bienes y servicios y endurecimiento de las condiciones financieras

Por otra parte, el encarecimiento de los tipos de interés se ha trasladado al mercado hipotecario residencial. El tipo de interés de las hipotecas fijas a 30 años, que puede considerarse el producto estándar, ha subido hasta el 6,95 %, el tipo de interés más elevado desde marzo de 2002.

No es de extrañar que el mercado de la vivienda, muy sensible a la situación actual, muestre una gran debilidad, con una intensa desaceleración de las ventas de nuevas viviendas. Si bien, el índice de precios S&P Case-Shiller sigue mostrando un incremento de precios interanual del 12 % en el mes de agosto, aunque reduciéndose desde el incremento del 20 % que mostraba a principios de este año.

La cara amable

Sin embargo, no todo son malas noticias, pues hay dos aspectos todavía muy positivos. El primero es la producción industrial, que sigue creciendo a una tasa del 5,3 % interanual en septiembre de 2022. Además, se registra un aumento de la tasa de utilización de capacidad superior al de hace un año. Es decir, la industria norteamericana está utilizando con mayor intensidad su capacidad productiva.

El segundo elemento positivo es el mercado de trabajo, que muestra una fortaleza extraordinaria. El 4 de noviembre, el Departamento de Trabajo publicó los datos del mes de octubre: el mercado laboral creó 261.000 puestos de trabajo y la tasa de paro sigue estando en un nivel muy bajo de tan sólo 3,7 %. Un nivel muy inferior al 4,6 % de hace un año y en línea con el nivel mostrado desde junio de este año.

Basta reseñar dos elementos adicionales. El primero son los diferentes indicadores económicos de la confianza de los consumidores, que muestran una tendencia a la baja desde principios de este año. Algo consecuente con la situación que hemos explicado. Las familias mostrarían una mayor cautela en el futuro en sus decisiones de consumo.

Por otra parte, los índices de confianza empresarial todavía están en niveles positivos que serían congruentes con crecimiento económico en el próximo trimestre. Las empresas han presentado beneficios del tercer trimestre todavía muy positivos en general.

Entre el optimismo y el pesimismo

Resumiendo, un grupo de economistas defiende que la resiliencia de la economía de Estados Unidos y los aspectos positivos mencionados podrán evitar la recesión. Otro grupo de economistas opina que el error del banco central, que esperó demasiado en subir los tipos de interés oficiales, exigirá subidas adicionales que abocarán irremediablemente la economía a una suave recesión.

El escenario central más razonable, utilizando los datos macroeconómicos, empresariales, así como los datos anecdóticos, que apuntan todos hacía la misma dirección, sería el de una fuerte desaceleración que, con toda probabilidad, desembocaría en una suave recesión. Esta podría empezar a principios del año 2023 y no debería durar más de tres trimestres.

Sin embargo, debido a que la situación está en una fase de evolución clave «el jurado todavía está deliberando» y ambas posiciones (potencial recesión o la posibilidad de evitarla) son defendibles con los datos económicos encima de la mesa, por lo que el lector de este artículo podría discrepar.

Finalmente, cabe recordar que el gobernador de la Reserva Federal, Mr. Powell, comentó que esperaba «algo de dolor por delante» para la economía de los Estados Unidos debido a los esfuerzos del banco central para controlar la inflación.

  • Dr. Alejandro Gisbert es profesor de Economía Mundial de la Universitat Abat Oliba CEU