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Combates en el frente de Donetsk. En la imagen, vehículos rusosEFE

261 días de guerra en Ucrania

Ucrania se enfrentará en 2023 a «un año brutal y sangriento», según un general australiano

El Ejército ucraniano necesitará un aumento del apoyo internacional para hacer frente a los retos que le planteará la guerra tras el invierno

Con todos los frentes bloqueados ya pocas dudas quedan de que la estrategia de victoria seguida por el Kremlin en este momento pasa por aguantar el invierno con las actuales posiciones inalterables en Ucrania.

Cierto es que no sería la primera vez que cambia desde el inicio de la guerra, en una sucesión de improvisaciones emprendida el mismo 24 de febrero.

Sin embargo, a falta de un nuevo revés tras el anuncio de la retirada de Jersón que les obligue a cambiar la estrategia sobre la marcha, las tropas rusas tratan a toda costa frenar los avances ucranianos hasta que llegue el invierno, cuando la nieve y el frío hagan imposible cualquier contraofensiva.

La cuestión para la que no hay ninguna respuesta es qué pasará después, cuando llegue la primavera, el campo de batalla se descongele y se reanuden las hostilidades.

El general australiano retirado, y analista de Defensa, Mick Ryan, opina que la guerra no se detendrá en invierno, sino que se rebajará el ritmo de las ofensivas.

Sin embargo, prevé que el 2023, una vez que se retomen las ofensivas en primavera, «será un año brutal y sangriento».

Ryan señala que hay cuatro elementos que caracterizan el desempeño de la guerra por parte de Rusia, y que influirán en el modo en que continúe el conflicto en el futuro inmediato.

Por un lado, la retórica rusa donde se afirma que Rusia está luchando en Ucrania contra la OTAN, que apoya un régimen nazi en Kiev, juega un papel fundamental en la propaganda rusa para mantener a su población leal a los objetivos militares del Kremlin.

En segundo lugar, Rusia está desarrollando una guerra energética contra Ucrania y occidente con la intención de servirse del frío como arma de combate para espolear a la población europea a que presione a sus gobiernos para alcanzar un alto el fuego.

El tercer elemento que, en opinión del analista australiano caracteriza la estrategia rusa en este momento, son los bombardeos rusos contra ciudades e infraestructuras civiles.

Aunque Rusia está logrando dañar de forma catastrófica la red eléctrica ucraniana, el general retirado Mick Ryan señala que «no está claro lo que Rusia pretende obtener con esta campaña».

Por último, el cuarto pilar que sostiene la estrategia actual rusa en Ucrania es el esfuerzo de movilización para alimentar los reemplazos de tropas en el frente.

En analista que, si bien es cierto que la movilización ha sido caótica hasta el momento, también lo que pretende ser la palanca que permita un reemplazo masivo en el futuro y recuperar la capacidad ofensiva del Ejército ruso.

La cuestión es qué ocurrirá tras el invierno. Mick Ryan cree que la estructura principal de la actual estrategia rusa se mantendrá.

La diferencia la marcará lo que suceda con las nuevas operaciones militares que pretende poner en marcha el Kremlin.

Para ello empleará una gran cantidad de las tropas recientemente movilizadas con dos objetivos: conquistar y ocupar nuevas tierras ucranianas y, por otro lado, afianzar los territorios ya anexionados mediante la eliminación de grupos partisanos.

Para evitar que las futuras nuevas ofensivas rusas tengan éxito, los aliados occidentales de Ucrania, que empiezan a dar señales de agotamiento, deberán mantener firme su apoyo al Ejército ucraniano, con el suministro, sobre todo, de nuevas armas defensivas, principalmente de defensa antiaérea para hacer frente a los ataques con misiles y drones.

En conclusión: el invierno traerá un período de pausa relativa –los combates continuarán pero a menor intensidad– que el Ejército ruso tratará de aprovechar para reconstruir sus líneas logísticas, fortificar sus actuales posiciones y completar el remplazo de tropas.

El objetivo del Kremlin es llegar a la primavera con nuevo músculo para lograr nuevos avances territoriales.