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Entrevista | José María Liu, embajador de Taiwán en España

«El riesgo de una guerra con China existe, pero es difícil saber cuándo será»

Atento a la eterna amenaza de China de invadir Taiwán, Liu confía en que ésta no se produzca, pero destaca la importancia de «estar preparados»

Jose María Liu, máximo representante diplomático de Taiwán en España, defiende el «derecho a existir, a estar en este mundo» de su país. Ejerce sus buenos oficios como diplomático y procura llevarse bien en Madrid «con el gobierno, con la oposición, con todos».

Atento a la eterna amenaza de China de invadir Taiwán, Liu admite en entrevista con El Debate que «el riesgo de una guerra existe», pero confía en que ésta no se produzca y destaca la importancia de «estar preparados para defendernos».

–En el Congreso XX del PC Chino Xi Jinping se ha comprometido a reunificar «algún día Taiwán» incluso por el uso de «la fuerza» y Anthony Blinken, secretario de Estado, advirtió que Pekín quiere apoderarse de Taiwán «en un plazo mucho más rápido». ¿Comparte esos temores de EE.UU.? ¿Es posible una guerra a corto plazo, en menos de 1 año?

–El riesgo de una guerra existe. Sin embargo, es difícil decir cuándo será. En ese Congreso y por la situación que vive China, se puede fácilmente prever en este tercer mandato de Xi Jinping que las amenazas y las intimidaciones a Taiwán van a aumentar, sin olvidar que, como dijo, no renuncia al uso de la fuerza.

China sufre una desaceleración del crecimiento económico agravada por las consecuencias negativas de la política Covid 0 y sus confinamientos. Si la situación se complica es muy posible que el régimen chino trate de desviar la atención y que Xi Jinping busque justificar su tercer mandato utilizando como bandera el objetivo de la reunificación de Taiwán.

Coincidimos en que el conflicto militar no es una opción para ambos lados del estrecho de Taiwán

–¿Cómo vive esta situación la sociedad taiwanesa?

–Hay consenso en el pueblo de Taiwán de que no podemos hacer cesiones de la soberanía territorial, ni de la democracia, ni de nuestra independencia. Coincidimos en que el conflicto militar no es una opción para ambos lados del estrecho de Taiwán.

Embajador de Taiwán en España José María LiuJorge Ruiz

Nuestra presidenta, Tsai Ing-wen, en su reciente discurso por el Día Nacional, expuso nuestra posición: estamos dispuestos a trabajar con China siempre bajo principios de racionalidad, igualdad y respeto mutuo, para encontrar una solución aceptable para ambas partes que mantenga la paz y la seguridad en el estrecho de Taiwán.

Tener o no tener miedo no vale la pena. No sirve de nada plantearse esa cuestión. Lo que hay que hacer es estar preparados

–Pero, ¿tienen miedo en Taiwán a que se produzca una ofensiva militar de China?

–Tener o no tener miedo no vale la pena. No sirve de nada plantearse esa cuestión. Lo que hay que hacer es estar preparados. El ejército taiwanés lo está para poder defenderse. Y los países afines también se están preparando para defendernos.

–¿Cuáles son esos «países afines»?

–En Taiwán insistimos en defender principios universales, la democracia, la libertad y el respeto a los derechos humanos. Consideramos países afines aquellos democráticos con los que compartimos esos valores. La Unión Europea y España…

Aunque el partido republicano controle la Cámara de Representantes, la política exterior anti-China comunista va a seguir igual

–… además de Estados Unidos, ¿Usted cree que puede haber un cambio en la política de Washington tras las elecciones respecto a Taiwán?

–La política exterior en Estados Unidos es igual para ambos partidos. Aunque el partido republicano controle la Cámara de Representantes, la política exterior anti-China comunista va a seguir igual.

–¿Tiene garantías de que EE.UU. saldría al rescate de Taiwán ante una invasión?

–El presidente Biden ha enfatizado varias veces que el compromiso de EE.UU. con Taiwán es «sólido como una roca» y que otorga gran importancia al mantenimiento de la paz y a la estabilidad en el estrecho de Taiwán. CBS le hizo la misma pregunta y fue más claro y rotundo que nunca. Dijo: «Sí, si de hecho hubiera un ataque sin precedentes». El 21 de septiembre, en su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, Biden reiteró una vez más que EE.UU. desea mantener la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán y que continúa oponiéndose a los cambios unilaterales del status quo.

–Siguiendo con Estados Unidos, la visita de Nancy Pelosi en agosto, ¿fue una provocación a China, un gesto de respaldo a Taiwán o las dos cosas?

–En Taiwán siempre tenemos las puertas abiertas para dar la bienvenida a visitas procedentes de países amigos, como es el caso de Estados Unidos, nuestro socio estratégico. Y más tratándose de la presidenta de la Cámara de Representantes, quien ha subrayado que «la solidaridad de EE.UU. con Taiwán es más importante que nunca, en un momento en el que el mundo se divide entre la autocracia y democracia.

Se trata de una clara apuesta ante la comunidad internacional por la unidad que debemos mostrar los países democráticos ante la actitud de potencias hegemónicas como China, pero lamentablemente, ese gesto ha sido utilizado por China como pretexto para hacer sonar los tambores de guerra iniciando maniobras militares con fuego real para amenazar Taiwán.

En agosto los aviones y barcos militares chinos realizaron más de 1.100 incursiones, en septiembre alrededor de 600 y en octubre 550

–¿Han detectado más actividad o incursiones militares en su espacio aéreo desde entonces?

–Tras la visita de Nancy Pelosi, China advirtió que esas maniobras serán habituales a partir de ahora. Es especialmente alarmante la escalada de vuelos militares que cruzan la línea media divisoria del estrecho. Solo en el mes de agosto fue sobrepasada por 300 vuelos, 150 veces más que el año pasado. En ese mes, los aviones y barcos militares chinos realizaron más de 1.100 incursiones, en septiembre alrededor de 600 y en octubre 550.

Al cruzar esa línea media del estrecho, China trata de convertir esa situación en habitual y establecer una nueva normalidad que supone un cambio unilateral del statu quo en el estrecho de Taiwán. Es, en definitiva, un desafío al orden internacional.

–¿Realiza Taiwán periódicamente simulacros de fuego real ante una hipotética invasión?

–Dentro de la preparación habitual de nuestras Fuerzas Armadas, realizamos periódicamente maniobras con fuego real. Nuestro ejército trabaja para mejorar sus capacidades de combate defensivo y las asimétricas con China para responder a sus provocaciones militares.

Nuestro gobierno ha anunciado un aumento récord en el presupuesto de defensa para 2023, elevando el gasto anual a 19.410 millones de dólares

Nuestro gobierno ha anunciado un aumento récord en el presupuesto de defensa para 2023, elevando el gasto anual a 19.410 millones de dólares, un aumento interanual del 13,9%. Nuestra presidenta, Tsa Ing-wen dijo que a través de nuestras acciones enviamos un mensaje a la comunidad internacional de que Taiwán asumirá la responsabilidad de nuestra propia defensa, que no dejaremos nada al azar y que trabajaremos con nuestros aliados para mantener conjuntamente la seguridad y la estabilidad en la región.

El Embajador de Taiwán en España, José María Liu, en un momento de la entrevista con Carmen De Carlos en El DebateJorge Ruiz

–¿Con qué armamento podría vencer Taiwán a China?

–Más que hablar de armamento, prefiero hablar de la moral del pueblo. Lo más importante es estar unidos y ser conscientes de que necesitamos defendernos. Tenemos derecho a existir, a estar en este mundo y ese es el espíritu que impera en Taiwán.

Sin espíritu y moral alta, Ucrania habría desaparecido en una semana del mapa del mundo

–¿La misma moral que tienen las tropas ucranianas frente la invasión de Rusia?

–Así es, sin ese espíritu y esa moral alta, Ucrania habría desaparecido en una semana del mapa del mundo. Y después de tanto tiempo vemos que no ha sido así.

–¿Son comparables los casos de Ucrania con Rusia y el de Taiwán con China?

–Es difícil hacer comparaciones porque la superficie de Ucrania es casi 16 veces mayor a la de Taiwán. Somos una isla pequeña y Ucrania con Rusia tiene frontera terrestre. Nosotros, lo que tenemos con China es un estrecho con una distancia aproximada de 160 kilómetros. Eso significa que si China quiere atacar a Taiwán le costaría más trabajo de lo que le ha costado a Rusia atacar a Ucrania.

–El caso de Ucrania, ¿puede ser un aviso para China de que Occidente se ha despertado y contener las intenciones de Xi?

–Esperamos que así sea. En una declaración conjunta del pasado 22 de septiembre, la Asamblea General de la ONU, los ministros de relaciones Exteriores del G7 y el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad (Josep Borrell), mostraron su oposición a los cambios unilaterales del estatus quo, reafirmaron la importancia de la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán y alentaron la resolución pacífica de los problemas en el estrecho.

Como sucede en Taiwán con las amenazas chinas, Corea del Sur sufre las agresiones militares del régimen dictatorial de Corea del Norte

–La tensión en la zona se ha incrementado más con el lanzamiento de baterías de misiles de Corea del Norte. ¿Cuál es la postura de Taiwán ante ese conflicto?

–Tal y como sucede en Taiwán con las amenazas chinas, Corea del Sur sufre las agresiones militares del régimen dictatorial de Corea del Norte que ha realizado más de 30 pruebas de misiles recientemente.

Desde Taiwán expresamos nuestra grave preocupación por las repetidas pruebas de varios tipos de misiles por parte de Corea del Norte y condenamos enérgicamente tal conducta que ha erosionado la paz y la estabilidad regionales.

–Mencionó antes a la Unión Europea, pero ¿qué espera de la UE después de que su embajador en Pekín, Jorge Toledo, evitara defender la independencia de Taiwán y abogara por una reunificación pacífica?

–La postura de nuestro gobierno ha sido siempre muy clara: la soberanía de Taiwán pertenece al pueblo de Taiwán y solo éste puede decidir su futuro. Taiwán es un país soberano y democrático y nunca ha sido parte de la República Popular China. Un embajador de la UE debe respetar el consenso del pueblo de Taiwán que, insisto, es que los taiwaneses no podemos hacer cesiones en la soberanía territorial, la democracia y la independencia.

Taiwán es un país soberano y democrático y nunca ha sido parte de la República Popular de China

Por su parte, el Parlamento Europeo ha mostrado siempre y de manera especial en los últimos tiempos, un claro y rotundo apoyo a Taiwán. Hasta el punto de haber aprobado en 2021 un total de 13 resoluciones favorables a Taiwán y en lo que va de año,ocho en el mismo sentido.

–¿Por qué insiste China en anexionar Taiwán cuando no ha sido parte de su territorio?

Taiwán en otra época de la historia llegó a ser parte de China, pero nunca fue parte de la República Popular de China. China se remite a una resolución donde, según ellos, 'Taiwán forma parte inalienable de China', pero no es verdad.

Porque tal resolución en ningún momento menciona a Taiwán, ni atribuye a la República Popular de China ningún derecho a representar a Taiwán en el sistema de Naciones Unidas, ni dice que Taiwán sea parte de la República Popular de China.

–¿Son buenas las relaciones entre Taiwán y España? ¿Tienen relaciones con la oposición?

–Nosotros queremos tener relaciones con el gobierno y con todos los partidos. El principal trabajo de un buen diplomático es entablar amistad con todos.

–¿Cuáles son las principales exportaciones entre Taiwán y España?

–Los productos estrella procedentes de España los encabeza la carne de cerdo. España es nuestro principal proveedor mundial y el segundo de aceite de oliva, ya que Italia va por delante, aunque ellos le compran a su país y luego lo exportan. En vino España es el quinto proveedor, pero yo estoy tratando de que aumenten esas exportaciones.

Hay que aumentar las exportaciones porque hay más mercado en Taiwán para el vino español

El vino español, además de ser de buena calidad, tiene unos precios muy competitivos. Hay que aumentar esas exportaciones porque hay más mercado en Taiwán para el vino español.