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El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en la ciudad de Jersón tras el repliegue rusoAFP

272 días de guerra en Ucrania

Rusia admite que no puede vencer a Ucrania y renuncia a derrocar al gobierno de Zelenski

El Kremlin está reculando en sus objetivos hacia posturas más realistas ante la sucesión de derrotas militares

A medida que la evolución de la guerra emprendida por Rusia en Ucrania ha dejado un reguero de derrotas de las tropas rusas, el Kremlin ha ido de bandazo en bandazo respecto a su objetivo último.

La «operación militar especial» -la invasión del territorio soberano ucraniano, si nos dejamos de eufemismos promovidos por la propaganda rusa- emprendida el 24 de febrero se presentó como una operación de pocos días para derrocar al presidente Zelenski y situar en Kiev un gobierno afín a Moscú.

Términos como «desnazificar» y «desmilitarizar» eran los que más sonaban en los medios de comunicación rusos.

Poco a poco dejó de hablarse de «operación militar especial» y de «desnazificar» a medida que se veía que la guerra no iba a durar unos pocos días, sino que Rusia se embarcaba en una guerra de meses o, incluso, tal vez años.

Por el modo en que las tropas rusas invadieron Ucrania, a lo largo de todas las fronteras ruso-bielorrusas con Ucrania, se hizo evidente que el objetivo de Putin era ocupar y anexionar a la Federación Rusa amplias áreas de Ucrania.

Finalmente, Rusia se tuvo que retirar de Kiev y del norte de Ucrania, pocos meses después se retiraron de Jarkov, luego de Jersón y ahora las tropas rusas luchan por mantener las líneas defensivas sobre Crimea, Mariúpol, Lugansk y Donetsk.

El Kremlin, con el paso del tiempo y la sucesión de derrotas, ha renunciado a sus principales objetivos: la conquista de Kiev, la ocupación de todo el arco marítimo del mar Negro ucraniano y, ahora, el derrocamiento del gobierno de Zelenski.

Rusia, que siempre se mostró ambiguo al respecto del derrocamiento de Zelenski como objetivo prioritario, dejó claras sus intenciones el pasado mes de julio por medio de una declaración de su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, cuando afirmó que «ayudaremos al pueblo ucraniano a liberarse del régimen».

Además, al principio de la invasión, el Ejército ruso envió a Kiev una serie de grupos de operaciones especiales formados por mercenarios del Grupo Wagner y milicianos chechenos con el objetivo de localizar y eliminar a Zelenski.

Todos esos comandos fueron interceptados y destruidos por las fuerzas defensoras ucranianas.