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Un grupo de mujeres protestan en Kabul pidiendo que se reconozcan sus derechosAFP

Afganistán

Las flagelaciones en Afganistán por «delitos morales» se convierte en espectáculo de masas

Doce personas, entre ellas tres mujeres, fueron declaradas culpables por «delitos morales» como adulterio, robo y sexo gay

Catorce personas, entre ellas tres mujeres, fueron azotadas por orden de una corte afgana del régimen talibán, que las declaró culpables de «crímenes morales» y robos, informó un alto funcionario provincial.

Se trata de las primeras flagelaciones confirmadas desde que el líder supremo de los talibanes, Hibatulá Ajundzada, ordenó a mediados de mes aplicar en su totalidad la ley islámica (sharia), incluyendo las ejecuciones públicas, los latigazos, las lapidaciones y, en el caso de los ladrones, la amputación de miembros.

Los sentenciados no fueron azotados en público, indicó a la Afp el jefe de Información y Cultura de la provincia de Logar (este), Qazi Rafiullah Samim y agregó que los mayores castigos fueron de «39 latigazos».

Omar Mansoor Mujahid, portavoz talibán de la región de Logar en el este de Afganistán, donde ocurrieron los azotes, dijo que las tres mujeres fueron liberadas después de ser castigadas. Algunos de los hombres fueron encarcelados, pero no está claro cuántos.

Las redes sociales está repletas desde hace más de un año de fotos y videos de flagelaciones públicas infligidas por los talibanes a personas acusadas de diversas infracciones.

Otros informes dan parte de flagelaciones por adulterio en zonas rurales después de la oración musulmana de los viernes, sin que sea posible comprobarlos con fuentes independientes.

Ajundzada, que no ha sido filmado ni fotografiado desde el retorno al poder de los talibanes en agosto de 2021, gobierna desde Kandahar (sur), cuna del movimiento islamista fundamentalista.

En su primera gestión al frente de Afganistán (1996-2001), los talibanes infligieron regularmente castigos corporales en público, como flagelaciones y ejecuciones en el estadio nacional de Kabul.

Tras su retorno al poder, el régimen talibán prometió que no repetiría la brutal represión contra las mujeres; pero las libertades de las mujeres han sido severamente restringidas y varias mujeres han sido golpeadas por exigir derechos.