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Manifestaciones de marroquíes en Bruselas tras la victoria de Marruecos sobre Bélgica durante el Mundial de QatarAFP

El alcalde de Bruselas hace autocrítica tras la violencia de los aficionados de la selección marroquí

El mandatario municipal reconoció que se podría haber hecho más para limitar los destrozos

La clase política belga está intentando hacer autocrítica tras los episodios de violencia registrados el domingo en Bruselas y en otras ciudades después de la victoria de Marruecos sobre Bélgica en el Mundial de Qatar.

La comunidad marroquí belga, una de las principales comunidades extranjeras en el país, reaccionó con júbilo al resultado 2-0 a favor de los marroquíes.

Sin embargo, las celebraciones degeneraron casi de inmediato en violentos episodios de saqueo y destrucción.

Antes incluso de que terminara el partido, aficionados de la selección marroquí salieron a festejar el triunfo de su equipo nacional y dejaron una estela de violencia, actos vandálicos, destrozos y saqueos por las calles de Bruselas.

El alcalde de la capital belga, Philippe Close, reconoció el lunes que las autoridades podrían haber hecho más para «limitar los destrozos», señaló Efe.

Sin embargo, el mandatario local trató de evitar generalizaciones e insistió en que los disturbios se debieron a la acción de «alborotadores».

«Se pudieron limitar los destrozos. Es evidente que ver esas imágenes no es motivo de orgullo. Pero los primeros culpables son los alborotadores», declaró en una entrevista a la emisora Viva Cité.

Asimismo, reclamó responsabilidad a los padres de los «alborotadores» –muchos de ellos menores de edad– responsables de los destrozos: «Cabe preguntarse si los padres saben bien lo que hacen algunos de sus hijos».

Antes incluso del final del partido, en el centro de la ciudad «varias decenas de personas, parte de ellas encapuchados, buscaron la confrontación con las fuerzas del orden, lo que comprometió la seguridad pública», anunció la policía en un comunicado.

La policía señaló el uso de material pirotécnico, el lanzamiento de proyectiles, la presencia de manifestantes armados con bates, un incendio en la vía pública y la destrucción de un semáforo.