280 días de guerra en Ucrania
«Quiero vivir»: la línea directa de rendición para soldados rusos en Ucrania es un éxito
Desde una pequeña oficina en Kiev operadoras ucranianas gestionan cientos de llamadas al día de soldados rusos que quieren información para rendirse ante las tropas ucranianas o evitar entrar en guerra si son reclutados y obligados a combatir.
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Es cierto que reciben también llamadas de soldados rusos que quieren insultarlos o reírse de ellos, pero el éxito de la línea directa «Quiero vivir» puesta en funcionamiento por el gobierno de Volodimir Zelenski para facilitar a los rusos que se rindan, es un motivo de preocupación para el Kremlin.
Las autoridades rusas han bloqueado los números de la línea directa desde territorio ruso o ucraniano ocupado. Aún así, los soldados logran esquivar el bloqueo y siguen contactando por medio de esta oficina con las autoridades ucranianas para pactar su rendición.
«No sé qué hacer exactamente cuando lleguen los ucranianos. ¿Me pongo de rodillas o qué? ¿Qué hago, cómo me entrego?», dice un soldado ruso en una conversación a la que ha tenido acceso la BBC.
En otra conversación, un recluta que teme que lo manden a Ucrania pide ayuda para salir del país antes de que lo envíen a luchar.
«Soy de Moscú. Todavía no he recibido el comunicado del servicio militar obligatorio, pero ya han intentado dármelo. ¿Tiene algún consejo sobre qué debo hacer? No mataré a ucranianos. Quisiera salvar mi vida», suplica otro.
El servicio funciona tanto por medio de llamada telefónica como por medio de aplicaciones de mensajería como WhatsApp o Telegram.
Según la BBC, el proyecto «Quiero vivir» ha respondido hasta la fecha a más de 3.500 solicitudes de rendición de soldados rusos.
La oficina afirma que desde el momento en que Vladimir Putin decretó la movilización parcial y, sobre todo, cuando las tropas rusas se replegaron de Jersón, ha habido un aumento de solicitudes.
Las operadoras explican a la televisión británica que muchos soldados llaman desorientados o en shock. La mayoría no se ha creído la propaganda del Kremlin que pinta a los ucranianos como nazis genocidas.
Casi todos son reclutas movilizados a la fuerza, no han recibido apenas formación militar y ni siquiera saben cómo rendirse. Algo tan sencillo como agitar una bandera blanca, apunta una de las operadoras.
Muchos de los soldados rusos, sin embargo, se usarán para intercambio de prisioneros de guerra con Moscú.
El gobierno ruso, cada vez más presionado por el descontento interno por una guerra que dura demasiado con demasiados muertos y desaparecidos, está cada vez más abierto a negociar intercambios de soldados hechos prisioneros para aliviar un poco la tensión en la sociedad rusa.
Muchas incluso desdeñan las compensaciones económicas que les ofrecen las autoridades por la muerte en combate de sus seres queridos.
Las familias de los soldados rusos muertos o hechos prisioneros en Ucrania son un problema cada vez mayor y su represión sin complejos causaría un escandalo que agravaría aún más el problema.
No por casualidad, la semana pasada el presidente Putin se reunió con un grupo de familias de soldados fallecidos en Ucrania. Eso sí, todas cuidadosamente seleccionadas entre las más leales al Kremlin.