281 días de guerra en Ucrania
¿Qué necesitan los soldados ucranianos para vencer a Rusia?
Combatientes ucranianos que hacen frente a la invasión rusa desde el 24 de febrero detallaron 3 peticiones para doblegar definitivamente a las tropas rusas: sistemas modernos de óptica de combate, un entrenamiento más exhaustivo bajo los estándares de la OTAN y oficiales profesionales capaces de liderar pequeñas unidades militares.
279 días de guerra en Ucrania
Rusia destruye más de 32.000 objetivos civiles desde el comienzo de la invasión a Ucrania
En declaraciones al Kyiv Post, varios veteranos del Ejército ucraniano subrayaron la alta motivación de las tropas y su disposición a seguir combatiendo hasta el final.
No obstante, insistieron en que la lucha sería más efectiva y las bajas menores si lograran esas 3 peticiones.
Según el Kyiv Post, aunque las tropas ucranianas se están mostrando muy eficaces y han demostrado que pueden derrotar a los rusos, se encuentran con problemas cuando deben afrontar misiones de alta complejidad, como reconocimiento nocturno, asaltos a aldeas ocupadas por el enemigo o la coordinación con la artillería y los blindados.
A pesar del salto de gigante dado por el Ejército ucraniano en los últimos meses gracias a la ayuda y transferencia de armamento occidental, las tropas ucranianas aún se encuentran con muchos problemas que lastran sus opciones frente al Ejército ruso.
En primer lugar, la más obvia: a pesar de las sanciones, Rusia –además de disponer de un ingente stock de armamento– mantiene la capacidad para reemplazar las armas que pierde en combate.
En cambio, Ucrania es absolutamente dependiente de las donaciones de armamento occidental. Si se cierra el grifo de Estados Unidos, Europa y sus socios y aliados, Ucrania sucumbiría bajo el rodillo militar ruso.
El segundo obstáculo con el que se encuentra Ucrania tiene que ver con la calidad del armamento que reciben sus tropas. Hasta el momento, la OTAN y sus aliados ha priorizado el envío a Ucrania de material de origen soviético fabricado en los años 70 y 80.
Este armamento procede de los amplios remanentes de armas de los aliados que, antes de la caída de la Unión Soviética, estaban integrados en el Pacto de Varsovia.
Hay excepciones, como los sistemas de misiles HIMARS, los lanzacohetes Javalin o los modernos drones de fabricación turca y estadounidense.
Los motivos por los que se ha priorizado la cesión de armamento soviético frente al moderno armamento de la OTAN tienen que ver con dos razones. La primera es porque los soldados ucranianos están familiarizados con el armamento ruso-soviético, mientras que para manejar el armamento occidental necesitarían una larga y compleja habilitación.
Sin embargo, los soldados ucranianos sueñan con sustituir sus AK-74 por las carabinas estadounidenses M4 o los rifles G36 de fabricación alemana.
No se trata en absoluto de un cambio cosmético. Como apuntan en el Kyiv Post los veteranos ucranianos, los cartuchos del AK-74 son muy poco fiables. Mientras que aquellos que se fabrican en Rusia no dan problemas, los que proceden de China o los Balcanes son una pesadilla. Por el contrario, los cartuchos de la OTAN son siempre de alta calidad.