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El canciller alemán Olaf Scholz (D) en conferencia de prensa con Jens Stoltenberg

El canciller alemán Olaf Scholz (D) en conferencia de prensa con Jens StoltenbergTobias Schwarz / AFP

Stoltenberg promete a Scholz más protección tras el sabotaje al gasoducto Nord Stream

En el encuentro también se descartó proporcionar el sistema de misiles Patriot a Ucrania como Kiev solicita para su defensa

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, garantizó hoy ante el canciller alemán, Olaf Scholz, una mayor protección de las infraestructuras críticas y en especial a las submarinas, tras el sabotaje que dejó inutilizado el gasoducto Nord Stream.

Los gasoductos submarinos son «arterias esenciales» para los suministros energéticos, afirmó Stoltenberg, para recordar que la OTAN ha doblado ya la vigilancia marítima por aguas del Mar del Norte y del Báltico.

«Tenemos que hacer más», admitió a continuación el secretario general de la OTAN, interpelado sobre esta cuestión, en una comparecencia conjunta con Scholz en Berlín.

El sabotaje contra el gasoducto germano-ruso mostró «la necesidad de reforzar la seguridad de nuestras infraestructuras críticas», apuntó por su parte el canciller, para insistir en que su país «saludaría» un reforzamiento su defensa por parte de la OTAN.

Stoltenberg acudió a la capital alemana en visita de trabajo y para participar en la llamada Conferencia de Seguridad de Berlín, además de mantener un encuentro bilateral con Scholz.

El canciller alemán ya había incidido ayer en la necesidad de reforzar las infraestructuras submarinas en un encuentro con el primer ministro noruego, Jonas Gahr Store.

Ambos anunciaron ahí, en una conferencia de prensa conjunta, su propósito de pedir al asimismo noruego Stoltenberg que la OTAN se haga cargo de esta tarea por disponer de unas capacidades adecuadas para este fin.

Las autoridades suecas confirmaron hace dos semanas el hallazgo de restos de explosivos en los gasoductos rusos Nord Stream 1 y 2, lo que confirmaría que el incidente sufrido a finales de septiembre pasado fue un acto de sabotaje.

En total se localizaron dos fugas en cada gasoducto, dos en la zona danesa y dos en la sueca, todas en aguas internacionales, que los gobiernos afectados calificaron ya en septiembre de sabotaje.

Las autoridades danesas también tienen abierta una investigación, mientras la compañía operadora del gasoducto Nord Stream 1, controlada por el gigante ruso Gazprom, envió a finales de octubre a la zona una embarcación para examinar los daños.

El hallazgo de las fugas provocó que los sectores eléctricos y gasísticos de Dinamarca y Suecia elevaran el nivel de alarma sobre sus instalaciones y lo mismo hizo la vecina Noruega, a pesar de que no tiene costa en el Báltico, incluyendo presencia militar.

Ninguno de los dos gasoductos estaba en servicio cuando se produjeron los accidentes.

El primero interrumpió los suministros hace meses, al alegar Moscú problemas técnicos, mientras que el segundo nunca entró en funcionamiento, puesto que el Gobierno alemán lo bloqueó a raíz de la invasión rusa de Ucrania.

Descartan los 'Patriot' para Ucrania

El ministro de Exteriores ucraniano, Dmytró Kuleba, pidió ayer a Alemania, en la reunión ministerial mantenida en Bucarest, que permita a Polonia desplegar en el oeste de Ucrania los sistemas Patriot, e insistió en que Kiev está listo para utilizarlos para proteger su red eléctrica de los ataques rusos.

​Sin embargo, Stoltenberg, y Scholz, frenaron hoy las esperanzas de Ucrania de desplegar en su territorio los sistemas de defensa aérea Patriot, que Berlín está dispuesto a suministrar a Polonia, pero no a Kiev.

«Hay que separar la discusión en torno a la oferta hecha a Polonia de la ayuda a Ucrania», afirmó Stoltenberg.

«Estamos en diálogo con Polonia a este respecto», apuntó por su parte Scholz, para añadir que, por parte de su Gobierno, no había una «extensión de esa oferta» hacia Kiev.
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