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Prodemocracy protesters in Hong Kong flee amid tear gas fired by riot police in the evening of Sept. 28, 2014.

Manifestación en China©GTRESONLINE

China

China ante un nuevo «Tiananmén»: Xi contra la gente

Es probable que Xi se encuentre con que sus próximos cinco, diez o más años en el poder estén plagados de un creciente malestar en la población y de nuevos estallidos de protesta

El Gobierno Chino hablaba de forma muy neutra del «incidente del 4 de junio» como algo que no se repetiría jamás. Aquellas protestas de estudiantes entre el 15 de abril y el 4 de junio de 1989, concentradas en la plaza de Tiananmén, fueron duramente reprimidas por el Gobierno de Deng Xiaoping.

Este acontecimiento costó la vida a cerca de 2.700 personas, aunque las cifras oficiales lo dejaron en menos de 300 muertes. Fue algo drástico y frenó en seco que China abriese un camino de apertura como el que se estaba iniciando en el Este de Europa.

Ahora, en este momento, el 29 de noviembre, después de un fin de semana en el que la gente dirigió abiertamente su ira contra los dirigentes del país, las autoridades enviaron un pequeño ejército de policías a Pekín, Shanghái y otras ciudades para restaurar el orden, detener a los manifestantes e intentar poner fin al movimiento.

La calle ha comenzado a cuestionar la sabiduría no sólo de los funcionarios locales, sino del liderazgo de Xi

Pero a medida que el Gobierno reafirma el control, también debe lidiar con la realidad de que la gente de la calle ha comenzado a cuestionar la sabiduría no sólo de los funcionarios locales, sino del liderazgo de Xi. Esto plantea una cuestión antes inimaginable: ¿ha perdido Xi, recién instalado en su tercer mandato, la calle china? ¿Está cada vez más la gente contra Xi?

Las manifestaciones públicas contra las restricciones de cero covid comenzaron a finales de 2021 en Xi'an, y luego se extendieron a Shanghái durante el prolongado cierre de la ciudad en primavera.

Dadas las poderosas herramientas de vigilancia y control de Pekín, parece poco probable que estos acontecimientos supongan una amenaza para el régimen

Por supuesto, dadas las poderosas herramientas de vigilancia y control de Pekín, parece poco probable que estos acontecimientos supongan una amenaza directa para el régimen. Es muy posible que Xi siga en el poder otros cinco o diez años, y quizás incluso más.

El desafío al Gobierno, las protestas, han planteado cuestiones de gran alcance sobre cómo se desarrollará la segunda década de Xi en el poder.

La ansiedad entre la gente sobre el futuro de China comenzó a forjarse en la década de 2010. Durante gran parte de esa década, el crecimiento económico de China siguió siendo respetable, pero perdió la potencia de fuego que había mantenido a principios de siglo y tendió a la baja. Para los jóvenes en particular, esto se ha traducido en una erosión de la seguridad económica.

La previsión del PIB chino para 2022 se ha revisado a la baja hasta llegar a un triste 3,2 %, frente al objetivo oficial del 5,5 %

Estos problemas han aumentado drásticamente desde el inicio de la pandemia y han empeorado aún más este año, ya que la previsión del PIB chino para 2022 se ha revisado a la baja hasta llegar a un triste 3,2 %, frente al objetivo oficial del 5,5 %.

Pekín ha achacado el crecimiento vacilante a la pandemia y a la desaceleración económica mundial. Las autoridades chinas son claramente conscientes de que sus cierres están contribuyendo significativamente a los problemas económicos de China.

Más de la mitad de la población china procede de zonas rurales en las que se imparten clases en escuelas de segunda categoría y en las que no se puede cursar estudios universitarios. Y muchos de los trabajos no cualificados con los que estas personas podían contar han sido sustituidos por la automatización o subcontratados a otros países.

Los problemas de China se han hecho tangibles para la gente de a pie

El mes pasado, Xi parecía dispuesto a gobernar sin oposición durante años. Pero el hecho de que haya malgastado su primera década en el poder en medidas de control en lugar de en reformas orientadas al futuro, significa que los problemas de China se han hecho tangibles para la gente de a pie.

Este es el verdadero significado de las protestas de la covid: no son simples gritos de libertad personal, sino que señalan el comienzo de una era más turbulenta en la política china.

Este es el dilema de Xi. Incluso si levanta las restricciones de cero covid, es probable que la economía sólo obtenga un rebote temporal.

Salvo una repentina conversión a las reformas, es probable que Xi se encuentre con que sus próximos cinco, diez o más años en el poder estén plagados de un creciente malestar en la población y de nuevos estallidos de protesta espoleados por otras crisis que inevitablemente surgirán.

El «espíritu de Tiananmén» ha regresado, tal vez para quedarse.

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