Fundado en 1910

Vladimir Putin, Joe Biden y Xi JipingAFP

282 días de guerra en Ucrania

EE.UU., Europa, China y Rusia: el reto de vivir y dejar vivir

27 de los sistemas militares clave de Rusia dependen en gran medida de unos 450 componentes microelectrónicos fabricados en Estados Unidos, Europa y Asia

En la Estrategia de Seguridad Nacional que dio a conocer el pasado mes de octubre, la administración Biden advierte que lo que más les preocupa son «las potencias que combinan un gobierno autoritario con una política exterior revisionista», es decir, Rusia y China.

Sin duda, Moscú y Pekín son un desafío importante para occidente.

La ocupación de Ucrania ha desestabilizado los mercados energéticos, exacerbado la inseguridad alimentaria y puesto en peligro una ya frágil recuperación económica mundial

El cambio de perspectiva frente a Rusia ha supuesto un giro fundamental para observadores y analistas que en décadas la desestimaron como una amenaza a Occidente. La ocupación de Ucrania ha desestabilizado los mercados energéticos, ha exacerbado la inseguridad alimentaria y ha puesto en peligro una ya frágil recuperación económica mundial tras la pandemia de la covid.

Las relaciones de Rusia con Occidente seguirán siendo irreparables mientras Vladimir Putin sea presidente

Cuanto más pronunciadas sean estas consecuencias de la guerra, más difícil será mantener una respuesta unificada a la agresión de Moscú. Aunque las relaciones de Rusia con Occidente seguirán siendo irreparables mientras Vladimir Putin sea presidente.

Lo cierto es que por más que la prensa desdeñe la posición de Rusia, Moscú no ha sido relegado a la condición de paria. Por el contrario, numerosos países, y a la cabeza potencias económicas como China, India y Brasil se han negado a sancionarla por su invasión, y el valor de las exportaciones rusas ha aumentado desde que comenzó la guerra. La creciente asociación de Rusia con Arabia Saudí demuestra además que el aislamiento de Occidente no significa el ostracismo mundial.

Los sabotajes contra los gaseoductos Nord Stream 1 y 2, inducen a pensar que son un claro mensaje del Kremlin a Europa. Sería algo así como decir: no me importa en absoluto manteneros como clientes energéticos. Cierto que Rusia ya tiene a China como principal cliente y un cliente formidable.

Desde la otra cara de la moneda, al obligar a Europa a encontrar alternativas al petróleo y el gas rusos, en un plazo acelerado, Moscú ha debilitado drásticamente su influencia energética a largo plazo. El continente europeo se prepara para inviernos difíciles este año y el próximo, y no sabemos hasta cuándo. Al fondo la situación no deja de ser un fuerte desafío.

Rusia ha podido amortiguar el efecto de las sanciones imponiendo estrictos controles de capital y aprovechando los elevados precios de la energía

Rusia ha podido amortiguar el efecto de las sanciones, imponiendo estrictos controles de capital y aprovechando los elevados precios de la energía. De hecho, las sanciones no parecen haber afectado por el momento. En julio, el economista jefe del Fondo Monetario Internacional, Pierre-Olivier Gourinchas, señalaba que el impacto de las sanciones se notaría a medio o largo plazo.

Todo apunta a mostrar las grandes pérdidas de Rusia en su campaña y se resalta el marcado cambio de tendencia en el campo de batalla a favor de Ucrania. Rusia está recurriendo a Siria e Irán en busca de ayuda militar y desarrolla sus combates con equipos muy deficientes y anticuados.

27 de los sistemas militares clave de Rusia dependen de unos 450 componentes microelectrónicos fabricados en Estados Unidos, Europa y Asia

El Royal United Services Institute (un grupo de expertos con sede en Londres que se centra en cuestiones de seguridad) indicaba que 27 de los sistemas militares clave de Rusia dependen en gran medida de unos 450 componentes microelectrónicos fabricados en Estados Unidos, Europa y Asia. Mantener esos sistemas le resultará más difícil y costoso a medida que las sanciones restrinjan constantemente la capacidad de Moscú para adquirir semiconductores.

La OTAN

La OTAN está a punto de admitir a Finlandia y Suecia, la UE ha concedido el estatus de candidatos a la adhesión a Ucrania y Moldavia, e incluso los países de Asia Central que Rusia presume que están dentro de su esfera de influencia están reconsiderando sus orientaciones.

Incluso China, el supuesto socio «sin límites» de Rusia, podría estar buscando modificar su relación. Aunque difícilmente a Xi Jinping le parezca buena esta posibilidad. China se beneficia de este pulso, pues necesita tiempo para ultimar su desarrollo militar y, más que eso, se beneficia de la tensión de este conflicto en Europa.

China está erosionando el exceso de poder militar de Estados Unidos en Asia y aumentando su centralidad dentro de la economía mundial (se prevé que su PIB sea aproximadamente un 87 % mayor que el de Estados Unidos en 2027). También está utilizando la estrategia geoeconómica y la innovación tecnológica para aumentar su influencia mundial.

Washington está convencido de que Pekín pretende convertirse en la potencia preeminente del mundo

El gobierno chino, por su parte, está reforzando su control sobre el sector privado, provocando un contrapeso en Asia. Al igual que Rusia, China descubrirá que su mayor reto es diplomático. Washington está convencido de que Pekín pretende convertirse en la potencia preeminente del mundo, y el apoyo bipartidista al fortalecimiento de los lazos entre Estados Unidos y Taiwán es cada vez mayor.

Estados Unidos sigue siendo la primera potencia, pero está en relativo declive

Estados Unidos libró, y ganó, una lucha global de casi medio siglo contra la Unión Soviética. Washington se enfrentó a Moscú en países tan dispares como Angola, Líbano y Nicaragua. Pero Estados Unidos se enfrentó a un competidor económicamente superado durante la Guerra Fría, la economía de la Unión Soviética siempre fue menos de la mitad de la suya. Hoy Estados Unidos sigue siendo la primera potencia, pero está en relativo declive.

Occidente debe considerar no cómo lograr un triunfo ilusorio sobre sus competidores, pues el pulso es tenso e incierto, sino cómo poder mantener una cohabitación incómoda con ellos.