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El buque portacontenedores chino 'COSCO Pride' se descarga en la terminal de contenedores de Tollerort en el puerto de HamburgoAFP

China podría estrangular el comercio marítimo mundial en caso de conflicto en Taiwán

Un informe de la Unión Europea advierte de que China está aumentando su control y militarizando las rutas marítimas en todo el mundo

Durante los últimos años, China ha ido extendiendo sus tentáculos de influencia geoestratégica por todos los ámbitos de la economía global.

La diplomacia de deuda le ha permitido establecer una poderosa red clientelar entre un amplio abanico de países en todos los continentes. Y Europa no es una excepción.

Su poderosa capacidad de influencia le ha permitido a Pekín posar sus garras sobre los puertos del Pireo, en Grecia, y de Hamburgo, en Alemania.

Eso sin contar las costosísimas y faraónicas infraestructuras que está construyendo a lo largo y ancho del continente africano con deuda de los países «beneficiados».

La habilidad de las autoridades comunistas chinas, revela ahora un informe de conclusiones de una investigación de la Unión Europea –elaborada por Johathan Holslag, de la Universidad VUB de Bruselas y del Real Instituto Superior de Defensa de Bélgica, y recogido por The Times–, les ha permitido controlar el transporte marítimo internacional, además de puertos clave en Europa.

Con el 41 % de la construcción naval bajo su control, China y su Corporación Estatal de Construcción Naval, es el mayor astillero del mundo.

Otro dato ofrecido por Holslag del que también se hace eco The Times: China cuenta con la mayor flota de transporte marítimo del mundo. Pekín controla el 18 % de los mercantes de contenedores que surcan las aguas mundiales.

Además, controlan también el 12 % de los petroleros de transporte de crudo y el 13 % del transporte de gas licuado.

Señala Holslag que existe una correlación entre la caída de la influencia comercial europea y el crecimiento de la china.

A medida que el músculo marítimo europeo se vuelve flácido, el Chino parece hiperdesarrollarse.

Pekín tiene ahora la palanca que le permitirá bloquear el comercio marítimo mundial a voluntad y de acuerdo con sus intereses en caso de conflicto, por ejemplo, en Taiwán.

Según el documento de la Unión Europea, recogido por The Times, «existe una creciente politización y militarización del sector marítimo civil de China».

En ese sentido, se pone el acento en que los buques que navegan con bandera china se construyen siguiendo parámetros militares, de forma que tanto pueden transportar contenedores como soldados y vehículos blindados.

En el documento se pone de relieve que «dado el impacto de la guerra en curso en Ucrania, es crucial para la seguridad y la prosperidad de Europa evaluar de forma crítica esta vulnerabilidad».

China quiere abarcar todo el poder posible, y sus ansias por colonizar los recursos y el comercio de todo el mundo no se limitan a Asia, África o América Latina.

Pekín le tiene echado el ojo a Europa y quiere tener voz y voto en sus decisiones sin que, por el momento, los líderes europeos parezcan preocupados o estén dispuestos a ponerle freno al presidente chino Xi Jinping.

Existe una alineación, añade Holslag, entre las «ambiciones económicas, políticas y militares» de China. «Son inseparables», insistió.