Rusia vuelve a bombardear Jersón tras la masacre de Nochebuena y provoca un éxodo de civiles

Éxodo en Jersón. La población civil de la ciudad ucraniana liberada por las tropas de Kiev el pasado mes de noviembre, después de ocho meses de ocupación rusa, no aguanta más.

El último bombardeo ruso sobre la ciudad, que ha dejado un saldo de más de 30 lanzamientos de cohetes realizados desde baterías rusas situadas al sur del río Dniéper, ha impulsado a cientos de vecinos de la ciudad a abandonar sus hogares.

La oleada de cohetes ha destruido una gran cantidad de edificios de Jersón, incluida la maternidad de la ciudad, lo que ha llevado a muchos vecinos a salir de la localidad y buscar refugio en otras zonas más seguras del país.

Según un informe citado por la BBC, en las últimas 24 hora, 400 personas han abandonado la ciudad en vehículos particulares y en trenes de evacuación fletados por el gobierno ucraniano.

Según Kiev, las fuerzas rusas están atacando áreas pobladas de Jersón con morteros y artillería, como fórmula de castigo contra la población civil por oponerse a la ocupación rusa.

Este ataque se produce después del bombardeo de Nochebuena, que dejó 11 muertos y más de 50 heridos en el bombardeo contra un mercado.

Una testigo entrevistada por la BBC cuenta que «antes nos bombardeaban entre siete y 10 veces al día. Ahora son entre 70 y 80».

Los habitantes de Jersón temen que los bombardeos no cesen. Saben que la artillería rusa está apostada al otro lado del río y que, en este momento, no hay planes de realizar una nueva contraofensiva en Jersón.

Para las tropas ucranianas, avanzar más hacia el sur del río Dniéper es una tarea demasiado complicada, y el alto mando prefiere priorizar otros frentes donde se podrían lograr importantes avances a un precio de bajas menor.

Según analistas militares, es de esperar que las fuerzas ucranianas traten de realizar nuevos avances en invierno en las regiones de Zaporiyia y de Jersón.

Ucrania resiste en Bakhmut

El otro frente importante en este momento está en la ciudad de Bakhmut, en Donetsk, donde se libra una batalla calle por calle entre las tropas ucranianas y los mercenarios del Grupo Wagner.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, señaló que sus tropas resisten, pero que la situación es enormemente difícil y dolorosa para el Ejército ucraniano. «No hay lugar que no esté cubierto de sangre», señaló. «Aún así, Bakhmut se mantiene en pie».

La ciudad podría caer bajo control ucraniano próximamente, lo que supondría un duro revés para la defensa rusa de la región.

Kreminna es una pieza central en su línea de defensa en Lugansk. Su caída podría generar un efecto dominó que comprometería la defensa de las ciudades de Severodonetsk y Lysychansk.