310 días de guerra en Ucrania
Zelenski enviará su plan de paz a Putin en febrero, cuando fracase la ofensiva rusa sobre Kiev
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, podría presentar su plan de paz en febrero de 2023 para aprovechar los efectos de una hipotética ofensiva fallida rusa en invierno.
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El plan, según apunta el Institute for the Study of War (ISW), cuenta con varios hipotéticos. En primer lugar, la supuesta nueva ofensiva sobre Kiev desde Bielorrusia, que en alto mando ucraniano creen que está abocada al fracaso.
El segundo hipotético serían las esperadas contraofensivas ucranianas sobre Zaporiyia y Lugansk.
Ambos factores podrían aprovecharse en Kiev para presentar el plan para la paz e 10 puntos diseñado por Zelenski y obligar al Kremlin a aceptarlo.
Esa propuesta, que el presidente ucraniano hizo pública durante la pasada cumbre del G20 en Bali, se construye sobre 10 principios cuyo cumplimiento por parte de Rusia es esencial para toda negociación:
Garantizar la seguridad radiológica y nuclear, garantizar la seguridad alimentaria, garantizar la seguridad energética, la liberación de presos y deportados.
La implementación de la Carta de la ONU, la retirada de tropas rusas y el cese de hostilidades, llevar ante la justicia a los responsables de los crímenes de guerra, poner fin a la destrucción del medio ambiente, prevención de una nueva agresión y confirmación del fin de la guerra.
En definitiva, si Rusia acepta, en un contexto de debilidad en el campo de batalla, la propuesta de Zelenski, implicaría que acepta la retirada total de tropas en toda Ucrania, incluida Crimea.
Implicaría también un reconocimiento formal de la soberanía e integridad territorial de Ucrania de acuerdo con el derecho internacional.
En definitiva, el plan de paz de Zelenski supone el reconocimiento por parte de Moscú de su derrota en el campo de batalla y su capitulación sin condiciones.
Su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, reiteró a su vez las condiciones de Rusia para la paz, unas condiciones irreconciliables con la postura ucraniana y que implica por la cesión a Rusia de los cinco territorios ocupados militarmente por el Ejército ruso y anexionados a la Federación Rusa: Lugansk, Donetsk, Zaporiyia, Jersón y Crimea.
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Asimismo, citó también la desmilitarización y desnazificación –dos conceptos más para consumo interno en Rusia que sirve para justificar toda clase de agresiones por parte del Kremlin– como exigencias irrenunciables para toda negociación.