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Newly elected Speaker of the US House of Representatives Kevin McCarthy delivers a speech after he was elected on the 15th ballot at the US Capitol in Washington, DC, on January 7, 2023. - Kevin McCarthy's election to his dream job of speaker of the US House of Representatives was secured through a mix of bombproof ambition, a talent for cutting deals and a proven track record of getting Republicans what they need.
He only won election as speaker after they forced him to endure 15 rounds of voting -- a torrid spectacle unseen in the US Capitol since 1859. (Photo by OLIVIER DOULIERY / AFP)

Kevin McCarthy, el «speaker» que logró serlo a la décimo quinta votaciónAFP

Estados Unidos

La semana en la que Estados Unidos hizo del Congreso una película surrealista

La trama giró siempre en torno a la elección del líder de la Cámara de Representantes que, por primera vez en más de 160 años, requirió cuatro largas jornadas y 15 votaciones por el disenso en las filas republicanas

Hollywood se quedó corto: el Congreso de Estados Unidos acaba de vivir una semana disparatada que comenzó como una comedia familiar, se convirtió en un drama de tintes burlescos, después en un thriller y finalmente concluyó con una escena que hizo contener el aliento.

La trama giró siempre en torno a la elección del líder de la Cámara de Representantes que, por primera vez en más de 160 años, requirió cuatro largas jornadas y 15 votaciones por el disenso en las filas republicanas.

El bebé y el perro

Todo empezó el martes en un ambiente festivo: los congresistas elegidos en los comicios de medio mandato de noviembre asumirían sus funciones por primera vez. Muchos invitaron a sus familiares que, desde el balcón, aplaudirían cuando prestasen juramento.

Sin embargo, un puñado de legisladores del ala radical del partido conservador se negaron a darle su voto, acusándolo de ser demasiado timorato, poco solidario con Donald Trump, de encarnar el «sistema» o de no tener convicciones firmes.

Las votaciones se sucedieron pero nadie obtenía la mayoría necesaria. Las familias aprovecharon para pasear por Washington. Algunos niños bajaron al hemiciclo, se dormían allí...

El demócrata Jimmy Gomez paseaba con su bebé de cuatro meses a cuestas. Suelta risas cómplices mientras vota con el pequeño Hodge colgado sobre su pecho.

Nancy Mace vota con su perra Libby bajo el brazo

Días después, la republicana Nancy Mace vota con su perra Libby bajo el brazo.

Palomitas y alcohol

A medida que transcurren las horas y los días, el ambiente se torna absurdo. Normalmente, las sesiones en la Cámara se rigen por reglas estrictas que obviamente prohíben los perros, pero también criticar a otro congresista, especular sobre sus motivaciones, abuchearlo...

Pero estas reglas deben adoptarse después del voto del «speaker». Aprovechando este vacío, los legisladores hacen lo que les da la gana.

En medio de esta agitación, la secretaria Cheryl Johnson hace un esfuerzo por recordarles que su papel es hacer cumplir «el orden y el decoro hasta la elección del speaker». Con escaso éxito.

«¡Me encanta!», suelta la republicana rebelde Lauren Boebert, para quien este caos refleja una democracia sana.

Poco convencidos, un número cada vez mayor de legisladores muestra su exasperación con las votaciones, que ocurren mecánicamente una tras otra sin lograr su cometido: la demócrata Maxine Waters suspira largamente, los republicanos abandonan la sesión durante un discurso de su compañero de bancada, el alborotador Matt Gaetz.

Al lío

En medio de la confusión, las negociaciones comienzan poco a poco a alimentar las especulaciones.

Las cámaras, excepcionalmente autorizadas para grabar en cualquier rincón, captan a la izquierdista Alexandria Ocasio-Cortez sosteniendo una dura discusión con el republicano Paul Gosar. En 2021, él había publicado un video animado que lo mostraba matándola. Esta vez, indaga sobre la estrategia de los demócratas.

El republicano George Santos, desairado el martes por sus pares porque mintió en su currículum durante su campaña, está aprovechando este clima de bullicio y charloteo para salir de su aislamiento.

La hora de rezar

La mañana del viernes, tras una noche de negociaciones, varios republicanos rezan al pie del podio con la esperanza de que la situación se desbloquee.

Cuando se reanuda la sesión, Kevin McCarthy se mueve entre bastidores. No cesa de ir y venir de las galerías adyacentes al hemiciclo, donde sostiene conversaciones. Sus esfuerzos parecen estar dando los primeros frutos: una quincena de los republicanos disidentes decide apoyarlo.

A media tarde se levanta la sesión, le falta solo un puñado de votos. Se reanuda tarde en la noche. McCarthy se muestra optimista.

La decepción es evidente cuando una decimocuarta votación fracasa por un voto. Los ánimos se caldean y se precipita hacia los asientos de los rebeldes, antes de recuperar la compostura y abogar por una nueva votación.

«Una vez más, una vez más», reclaman sus seguidores, decididos a ganar esta guerra de desgaste.

Esta vez será la definitiva: los rebeldes se abstienen, lo que automáticamente basta para otorgarle el cargo.

Es pasada la medianoche del viernes y estallan los aplausos: hay «speaker».

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