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Un soldado ucraniano opera un mortero de 120 mm en el frente de BakhmutAFP

319 días de guerra en Ucrania

La batalla de Bakhmut y Soledar se convierte en «una de las más sangrientas» en Ucrania

El Grupo Wagner trata de conquistar las minas de sal y yeso junto a ambas localidades para lograr recursos económicos al margen del Kremlin

Las noticias sobre lo que sucede en el frente de Bakhmut y Soledar son confusas y muchas veces emergen del barro informativo donde la información veraz y la propaganda se entremezclan en una madeja imposible de desenredar.

En las últimas 48 horas se han sucedido toda clase de informaciones tanto por parte de Moscú como de Kiev en las que se anunciaba a bombo y platillo la conquista rusa de ambas ciudades y, a continuación, Kiev lo desmentía.

También se ha señalado que el alto mando ruso habría decidido tomar de nuevo el control del frente en Donetsk y estaría apartando a los mercenarios del Grupo Wagner para dar más protagonismo al Ejército ruso.

El objetivo sería contrarrestar la creciente influencia política y militar del oligarca y propietario del Grupo Wagner Yevgeny Prigozhin, y podría explicar sus recientes declaraciones en las que afirmaba que Bakhmut no había caído porque el Ejército ruso no proporcionaba a sus mercenarios el material necesario.

Según el Institute for the Study of War (ISW), la conquista de Bakhmut y Soledar tiene escaso o nulo valor estratégico para Rusia.

La conquista de ambas ciudades es una apuesta personal de Prigozhin que, por un lado, quiere presentarse en Moscú con una gran victoria de sus mercenarios Wagner y, por otro lado, quiere controlar las minas de yeso y sal del área de Bakhmut y Soledar para lograr recursos económicos autónomos para el Grupo Wagner al margen del Kremlin.

Prigozhin se defendió de las acusaciones de buscar un beneficio económico con la conquista de estas ciudades y argumentó que dentro de las minas, que pueden alcanzar una profundidad de entre 80 y 100 metros, se esconden numerosos combatientes ucranianos y se almacena una gran cantidad de armas de la Primera Guerra Mundial.

«Bakhmut está resistiendo contra viento y marea, a pesar de que la mayor parte de la ciudad está destruida por los ataques rusos. Nuestros soldados están repeliendo los constantes intentos de conquista por parte de los rusos», señaló.

Del mismo modo, «Soledar está aguantando, aunque allí hay todavía más destrucción y es extremadamente duro».

Según Zelesnki «no hay ni un pedazo de tierra en estas dos ciudades donde los ocupantes no hayan perdido sus vidas por las locas ideas de sus amos del régimen ruso».