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Imagen del documental sobre la vida de Alexéi Navalni

Rusia

Navalni denuncia desde la cárcel que le prohíben las visitas de médicos aunque esté enfermo

El opositor ruso fue trasladado 15 días a una celda de castigo por haberse duñado antes de la hora reglamentaria

El líder opositor ruso, Alexéi Navalni, encarcelado desde hace dos años por Putin denunció, por medio de sus colaboradores, que se le negaba el acceso a la atención médica pese a estar enfermo. Sus partidarios, una vez más, acusan al Kremlin de tener como objetivo «matarlo» poco a poco.

Navalni debía asistir durante el día por videoconferencia a tres audiencias relativas a denuncias contra las restricciones impuestas por la administración penitenciaria.

Navalni, de 46 años, afirmó que tenía que llevar a cabo «una lucha encarnizada» para obtener «medicamentos básicos» y que se le había negado ser hospitalizado en la unidad médica de su prisión, situada a 200 km de Moscú.

Tardé cuatro días en conseguir un poco más de agua calienteAlexéi Navalni

Con «fiebre y tensión alta», le dijo a su equipo, «tardé cuatro días en conseguir un poco más de agua caliente».

La administración penitenciara, según describió, obligaba a su compañero de celda a ir y volver de su calabozo a la unidad médica de la prisión, mientras se registraba una epidemia de gripe severa.

El presidente ruso «(Vladimir) Putin sigue intentando matar a Navalni, pero de manera más discreta y lenta», denunció el miércoles su equipo.

Cerca de 500 médicos rusos firmaron una petición, publicada en Facebook, en la que pedían a Putin que proporcionara cuidados adecuados a Navalni y que pusiera fin a los «malos tratos» contra él.

Celda de castigo

El lunes, el activista anunció que el 31 de diciembre fue enviado por décima vez a una celda disciplinaria, por un período de 15 días, donde su aislamiento y sus derechos están aún más limitados, por haberse bañado antes de la hora reglamentaria.

Navalni, firme opositor de Vladimir Putin y de la ofensiva militar en Ucrania, fue detenido en Rusia en enero de 2021, a su regreso al país después de sufrir un grave envenenamiento que se atribuye al Kremlin.

En marzo fue condenado a nueve años de prisión en régimen «severo» por acusaciones de «estafa» que considera ficticias.

El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, publicó el miércoles en Twitter: «Nos hacemos eco de las preocupaciones de más de 170 médicos rusos que piden el fin del maltrato de Navalni y que se le brinde todo el cuidado médico apropiado».