Oriente Próximo
Israel ataca instalaciones militares iraníes y alienta una escalada de las tensiones en la región
La explosión se habría llevado a cabo tras una serie de conversaciones entre Estados Unidos y el país hebreo para contener la influencia de Teherán en la zona
Irán sufrió el domingo un ataque con drones contra una de sus instalaciones militares, en la ciudad de Isfahan. Teherán no señaló a ningún grupo o país como autor del ataque y afirmó que la explosión solo causó «daños menores». Aunque por actos similares en el pasado, todos los indicios llevaban a Israel. The Wall Sreet Journal confirma hoy estas sospechas y publica que el país hebreo llevó acabo el ataque con drones contra un complejo de defensa iraní en medio de presiones internacional para contener a Teherán.
Israel e Irán llevan años librando una guerra en cubierta que comprende desde ciberataques, hasta sabotajes de barcos o ataques contra localizaciones militares clave. Este ataque, supone el primero perpetrado por el nuevo Ejecutivo israelí, bajo el liderazgo de Benjamín Netanyahu. Teherán explicó que estas acciones no iban a afectar a «la determinación de nuestros expertos de progresar en nuestro trabajo nuclear pacífico».
El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amirabdollahian, aseguró que las defensas aéreas del país consiguieron derribar a los aviones no tripulados y tildó el ataque de «cobarde». Según publica The Wall Street Journal y confirman medios israelíes, estas acciones se enmarcan dentro de discusiones entre el país hebreo y Estados Unidos para encontrar nuevas formas de contener a Teherán, y desestabilizar sus operaciones en la región, incluida su cooperación militar con Rusia.
El director de la CIA, William Burns, habría viajado a Tel Aviv para hablar sobre Irán, mientras que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se encuentra actualmente de gira por Oriente Próximo y tiene previsto llegar hoy a Israel, para mediar en el creciente conflicto con los palestinos, y continuar con las conversaciones sobre la República Islámica. La pasada semana, Israel y Estados Unidos llevaron a cabo unas maniobras militares conjuntas de «gran escala».
Washington habría solicitado a Israel que transfiera sus sistemas de defensa antiaérea en desuso a Kiev. Está petición sitúa al Estado judío en una encrucijada, ya que a pesar de que ha mostrado su rechazo contra la invasión rusa, ha optado por no inmiscuirse militarme en el conflicto y, hasta hora, únicamente ha enviado ayudada humanitaria. Tel Aviv, aunque es el principal aliado de Estados Unidos en la región, mantiene un acuerdo con Rusia, mediante el cual puede llevar a cabo ataques en el norte de Siria contra objetivos iraníes.
El envío de armamento militar a Ucrania pone en peligro dicho trato, ya que Moscú proporciona defensas aéreas al presidente Bachar Al Asad y, por lo tanto, podría prohibir las incursiones israelíes en territorio sirio. Así las cosas, el Ejecutivo de Netanyahu no se involucraría militarmente en Ucrania, pero sí continuará con sus ataques contra Irán, en un intento de debilitar sus capacidades militares.