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El primer ministro polaco, Mateusz MorawieckiEFE

341 días de guerra en Ucrania

El primer ministro polaco desafía al líder checheno por su intervención en Ucrania

Mateusz Morawiecki apunta a que los chechenos deberían liberarse de las ataduras del Kremlin y proclamar su independencia

El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, defendió que Chechenia y otras repúblicas que conforman la Federación Rusa se independicen y se liberen de la «prisión» a las que la somete el Kremlin.

Durante una entrevista concedida a la televisión francesa LCI, el primer ministro polaco defendió que «determinadas partes de Rusia deberían ser liberadas, como Chechenia, por ejemplo. Pueden independizarse. Han luchado por la libertad durante siglos y han estado luchando por ella con gran celo durante las últimas décadas. Creo que este territorio (Chechenia) merece la independencia».

El presidente checheno, Ramzan Kadyrov, uno de los principales aliados del presidente ruso Vladimir Putin y principal garante –por medio de brutales métodos represivos contra la población local– de que Chechenia permanezca bajo soberanía rusa, criticó duramente a Morawiecki por sus declaraciones.

Kadyrov hizo referencia a la primera guerra chechena de 1994-1996, en la que el presidente Boris Yeltsin trató de recuperar el control de la república caucásica tras la proclamación en 1991 de la República Chechena de Ichkeria.

Aunque las instituciones de esta pseudorrepública desaparecieron en el año 2000, Ucrania reconoció la independencia y soberanía chechena y lo declaró territorio ocupado por Rusia.

El argumento fue que, aunque Ichkeria ya no existe, hay una amplia población chechena que defiende la legitimidad de la república proclamada en 1991.

Aunque silenciado por la propaganda del Kremlin, el movimiento proindependencia ha recuperado fuerza con el inicio de la invasión rusa de Ucrania y el especial protagonismo que Kadyrov ha adquirido en la contienda con el envío de decenas de miles de combatientes chechenos a la guerra.

Cientos de chechenos, asimismo, acudieron a luchar a Ucrania del lado de Kiev, un movimiento inesperado para Kadyrov, que les declaró una «enemistad de sangre».

Tras las palabras del primer ministro Morawiecki, Polonia podría realizar un reconocimiento de la soberanía chechena similar a la ucraniana, un movimiento simbólico, pero de gran significado en la dinámica interna chechena.

Durante la citada primera guerra chechena y durante la segunda, 1999-2009, los independentistas chechenos no contaron con las simpatías de Occidente, que veía en los rebeldes chechenos un grupo cercano al terrorismo yihadista.

Kadyrov, precisamente, reprochó a Morawiecki la falta de apoyo por parte de Polonia y de Europa a Ichkeria durante el pasado.

El presidente checheno, junto con su padre, Akhmat Kadyrov, luchó por la independencia de la República Chechena de Ichkeria entre 1994 y 1996.

En 1999, Akhmat Kadyrov cambió de bando y se convirtió en un firme partidario de Rusia. Su hijo siguió sus pasos.

El régimen de Vladimir Putin nombró a Akhmat Kadyrov presidente de Chechenia en 2003, después de un referéndum organizado por el Kremlin en el que los chechenos votaron a favor de permanecer en la Federación Rusa.

«¿Dónde estabas tú cuando luchábamos por Ichkeria, cuando defendíamos la independencia?», le espetó Ramzan Kadyrov al primer ministro polaco en su respuesta publicada en Telegram y recogida por el medio opositor ruso Meduza.

«¿Por qué los Estados europeos, incluida Ucrania, no nos apoyaron y hoy, de repente, deciden apoyar a un Estado inexistente?», continuó. Kadyrov aseguró que él «era un ardiente ichkeriano y fuisteis vosotros (los países occidentales) quienes no nos permitisteis construir un Estado».

La afirmación de Kadyrov contradice, sin embargo, la versión oficial que la propaganda del Kremlin difunde entre los rusos. Según el régimen de Putin, Occidente apoyó el separatismo checheno como forma de debilitar y destruir a Rusia.