348 días de guerra
Qué necesita Ucrania para alcanzar la victoria ante Rusia
Hasta ahora, Ucrania ha estado utilizando el Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad (HIMARS) de los EE.UU. con un alcance de unos 75 kilómetros. Entregado por primera vez en junio pasado, condujo a un marcado fortalecimiento de las fuerzas armadas ucranianas y, entre otras cosas, obligó al ejército ruso a alejar sus depósitos de suministros de las líneas del frente.
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Pero Estados Unidos está proporcionando a Ucrania un nuevo sistema de armas diseñado para duplicar el alcance de los ataques con misiles. Según información de la agencia británica Reuters, desde primavera Ucrania podría disponer de un misil guiado, lanzado desde tierra por Sistemas de Cohetes de Lanzamiento Múltiple Guiados (GLSDB) y cargados con una bomba de pequeño diámetro que puede alcanzar objetivos a una distancia de 150 kilómetros.
Esto permitiría a las fuerzas ucranianas ataques en todas las líneas de suministro rusas en el este de Ucrania y en las partes de Crimea ocupadas por Rusia. El GLSDB puede ralentizar significativamente un avance ruso. Rusia actualmente está dirigiendo suministros para el frente sur a lo largo de la costa del mar de Azov a través de Berdiansk y Melitopol. El nuevo sistema de misiles puede cubrir todo este corredor y obligaría a Rusia a reabastecer a sus tropas a través del Puente de Crimea.
Si hacemos recuento, este año se ha iniciado con noticias alentadoras para Ucrania: Estados Unidos, Francia y Alemania anunciaron sus planes de proporcionar vehículos de combate de infantería, incluyendo Bradleys M2 y Strykers, AMX-10 RC y Marders, respectivamente. El Reino Unido decidió proporcionar una docena de tanques Challenger II y 30 obuses autopropulsados AS-90 de 155 mm.
Estados Unidos y Alemania anunciaron sus planes de entregar a Ucrania, cada uno, una batería del sistema de defensa antiaérea Patriot. Holanda también se comprometió a aportar misiles y lanzadores Patriot. Por último, Estados Unidos tomó la decisión la semana pasada de proporcionar a Ucrania unas docenas de tanques M1 Abrams, para desatascar la situación de los tanques y allanar que Alemania y otros países europeos enviasen los codiciados Leopard 2 de fabricación alemana.
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Los mandos ucranianos necesitan más sistemas de cohetes: tanto HIMARS, como los citados GMLR, que tan eficaces han demostrado ser en el campo de batalla. Además de mayores cantidades de armamento, Estados Unidos y sus aliados deberían mejorar la calidad de las armas suministradas, principalmente el sistema de misiles de largo alcance denominado (ATACMS) que dispara misiles que pueden recorrer unas 200 millas y permitiría así a las fuerzas ucranianas atacar aeródromos y depósitos de municiones rusos en Crimea.
El suministro de armas de ataque de largo alcance podría cambiar las reglas del juego, pero con todo supone una sustantiva crecida en la escalada bélica. En esta misma línea, las autoridades ucranianas reclaman disponer de una capacidad aérea ofensiva mucho mayor, que incluya cazas MiG-29 y drones avanzados como los modelos estadounidenses Gray Eagle y Reaper. Los pilotos ucranianos también deben empezar a entrenarse para pilotar cazas F-16.
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No solo está el riesgo de escalada y respuesta rusa, de otra parte, una guerra prolongada también pone en riesgo el apoyo público en Occidente. En Estados Unidos ahora la Cámara de Representantes está bajo control republicano, las asignaciones futuras podrían ser menos fluidas. Si la guerra se prolonga hasta finales de año sin grandes victorias ucranianas, el gobierno de Biden tendrá dificultades para obtener la renovación del Congreso para un nuevo paquete de ayuda militar y económica.
Las elecciones presidenciales norteamericanas se calientan y no todos los candidatos son partidarios de ayudar a Ucrania. Pero el debate sobre la ayuda también se va haciendo más intenso en los gobiernos europeos. En nuestro país hay serias discrepancias entre el sector de extrema izquierda del gobierno con los socialistas. Pero en otras naciones europeas si solo se producen pequeños cambios en el campo de batalla pueden desalentar el incremento de apoyo logístico y militar.
Cierto que mientras los soldados rusos ocupen su país, los ucranianos lucharán. Lucharán con o sin armas avanzadas; con o sin sanciones más duras; con o sin dinero que les ayude a dirigir su país. Comprender esta idea clave conduce a un justo e incondicional apoyo: ayudar a Ucrania a ganar.
El problema es: ¿Hasta dónde? ¿Hasta cuándo? En este 2023 los peligros de incremento de escalada crecen conforme se adentra el invierno.