La imagen del dolor del terremoto de Turquía: un padre sujeta la mano de su hija muerta bajo los escombros
Detrás de las escalofriantes cifras que deja el seísmo, se encuentran historias humanas que escenifican el horror de la catástrofe
El terremoto que ha asolado tanto a Turquía como a Siria no sólo impacta por el número de muertos, que aumenta a medida que pasan las horas, sino por las historias humanas detrás de estas escalofriantes cifras.
La imagen de un padre aferrándose a la mano de su hija muerta sepultada bajo los escombros ha puesto el foco en las personas que han sufrido en primera persona la catástrofe.
Mesut Hancer se ha convertido en el símbolo del dolor de un suceso como este. Con la mirada perdida se mantiene junto a su hija de 15 años, Irmak, sepultada por las losas de los edificios.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, decretó el estado de emergencia durante tres meses en las diez provincias del sureste del país más afectadas, además de 5.000 millones de euros en ayuda de emergencia para esas regiones.
La cifra oficial de muertos el martes era de más de 5.400 en Turquía y 1.700 en la vecina Siria. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que la cifra de muertos por el terremoto se podría multiplicar por ocho, mientras que el número de afectados puede llegar a 23 millones.
Servicios de emergencias de todo el mundo, en particular los países de la Unión Europea, se han movilizado de inmediato para ayudar en las labores de desescombro con el principal objetivo de encontrar supervivientes.
Turquía es un país propenso a sufrir terremotos al encontrarse sobre la placa de Anatolia, la cual está situada a su vez entre dos grandes plataformas, la euroasiática y la africana, y una tercera placa de menor tamaño, la arábiga.