350 días de guerra en Ucrania
Rusia anuncia la construcción en Sudán de su primera base naval africana
Rusia está decidida a romper su creciente aislamiento internacional por la invasión a Ucrania con un expansionismo militar y comercial en África.
Si los mercenarios del Grupo Wagner al servicio del Kremlin ya controlan la seguridad de varios países del Sahel y subsaharianos, Moscú trata ahora de poner un pie de sus Fuerzas Armadas en África.
Para ello, ha elegido un lugar estratégico: las aguas del mar Rojo, desde donde podrá poner a tiro el tráfico marítimo entre el canal de Suez y el mar de Adén.
El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, anunció este jueves que ha alcanzado un acuerdo con Sudán para construir una base naval en la costa sudanesa, donde podrá emplazar buques con capacidad nuclear.
«Con respecto a la creación de un centro de avituallamiento técnico-material, como ustedes saben, el acuerdo fue firmado y se encuentra en proceso de ratificación», dijo Lavrov en rueda de prensa tras reunirse con su colega sudanés, Ali Al Sadiq.
El acuerdo se firmó en diciembre de 2020 en Moscú después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenara al Gobierno que aprobara dicho centro logístico de mantenimiento técnico y reparación de buques, a imagen y semejanza de la de Tartus, en Siria.
La base, que tendrá una vigencia de 25 años, permitirá a Rusia emplazar en territorio del país africano buques propulsados con energía atómica.
Según el documento bilateral, la base podrá acoger al mismo tiempo no más de cuatro barcos de guerra y tendrá una capacidad máxima de 300 militares y operarios civiles.
En noviembre de 2017 el entonces presidente de Sudán, Omar al Bashir, planteó a su colega ruso el establecimiento de una base militar rusa en el territorio de su país.
Al Bashir pidió la ayuda de Rusia para protegerse de «las acciones agresivas de Estados Unidos» y acusó a Washington de ser responsable de la escisión de Sudan del Sur, que tras décadas de guerra civil se convirtió en 2011 en un país independiente.
Con todo, según la prensa internacional, la llegada al poder en Jartum de un nuevo dirigente tras el golpe de Estado de octubre de 2021 podría retrasar la ratificación de este acuerdo, duramente criticado por Washington y que asegura que su aprobación podría «aislar» a Sudán aún más de la comunidad internacional.
Lavrov también destacó hoy la postura «responsable» e «independiente» de los países africanos con respecto a la campaña militar rusa en Ucrania y negó que las visitas de representantes occidentales al continente puedan influir en los lazos entre Moscú y la región.
Con el fin de restablecer los lazos de la antigua Unión Soviética con el continente, Putin presidió en 2019 la primera cumbre Rusia-África en la residencia presidencial de Sochi, en el mar Negro.
Asistieron a la cumbre 43 líderes africanos, entre los que varios expresaron un gran interés en adquirir armamento ruso.
Lavrov cierra en Sudán, la primera de un ministro de Exteriores ruso al país desde 2014, su segunda gira africana desde principios de año, que en su segundo periplo le llevó también a Mali y Mauritania.