El Debate en Irán
Las mujeres iraníes pierden el miedo y mantienen viva la llama de las protestas
Las jóvenes han demostrado ser el alma de las reivindicaciones que, lejos de haber terminado, demuestran su valentía con acciones tan simples como no llevar el hiyab
Teherán se levanta despacio en una jornada festiva que mantiene los bazares –principal centro neurálgico de la ciudad– cerrados y las calles cortadas. La capital de Irán se engalana para celebrar el 44º aniversario de la Revolución Islámica este sábado. Imágenes y banderas de Irán inundan las calles, junto a fotografías de los dos líderes supremos del país, el icono de la Revolución y el actual, los ayatolás Ruhollah Jomeini y Alí Jamenei.
Tampoco faltan las imágenes de los mártires iraníes, muertos durante la guerra Irán- Irak (1980-1988), y por supuesto, carteles del que durante mucho tiempo fue considerado un héroe nacional, el general Qasem Soleimani, abatido por Estados Unidos en una operación relámpago en el Aeropuerto Internacional de Bagdad y que supuso un duro golpe para la República Islámica. Mientras que Teherán ya está más que preparada para una de las celebraciones más importantes del año, los iraníes están más divididos que nunca.
El miedo y la fuerte represión han provocado que estas demostraciones multitudinarias hayan virado hacia actos más concretos explica a El Debate Nabila –nombre ficticio por miedo a las represalias–. Esta iraní señala que, desde hace un tiempo, los jóvenes se suben encima de los edificios y gritan eslóganes en contra del régimen, pero nos advierte de que es muy peligroso, ya que «tienen ojos en todas partes».
Escribir sobre los derechos de las mujeres es una línea roja, es peligrosoPeriodista iraní
Nabila se comunica a través de notas, por miedo a ser escuchada, y es que según nos relata, ella es periodista y ha tenido que estar cuatro meses en una ubicación desconocida por miedo a ser arrestada, después de que otros amigos y compañeros de profesión fuesen encarcelados por retransmitir las protestas. «Escribir sobre los derechos de las mujeres es una línea roja, es peligroso», nos advierte.
Esta joven periodista recalca que la reivindicación del hiyab es solo un símbolo de las revueltas, pero que lo que realmente piden es libertad. Y es cierto que por las calles de Teherán cada vez se ven más mujeres jóvenes sin el pañuelo, demostrando que no tienen miedo a ser increpadas por la Policía de la Moral.
Muchas otras disimulan llevando gorros para escapar del frío, gorras o dejando caer ligeramente el hiyab por su melena. Cada vez es menos habitual, al menos en las grandes ciudades de Irán, ver a mujeres vestidas de negro de la cabeza a los pies. Las nuevas generaciones van tomando los mandos e imponiendo poco a poco una nueva forma de entender su papel dentro del país.
A pesar de que se puede sentir el miedo, existen muchas otras mujeres jóvenes que no les importa hablar abiertamente de estos temas con los periodistas extranjeros que nos encontramos estos días merodeando por Teherán.
Dos amigas de 26 años, que disfrutan de su día libre en el barrio de Velenyak, en las laderas de la cordillera de Alborz ante un espectacular paisaje nevado, nos cuentan que no llevan el hiyab como forma de solidaridad con las protestas.
Las jóvenes admiten que antes ya no les gustaba tener que usarlo, pero que después de todos estos meses de reivindicaciones «aún menos». «Hemos retrocedido en cuanto a los derechos de las mujeres estos últimos años», a lo que añaden que, con motivo del 44º aniversario de la Revolución Islámica, «no hay mucho que celebrar».