Vladimir Makarov, el general ruso que ha aparecido muerto tras un supuesto suicidio
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Muere otro general ruso en un nuevo «suicidio» que cae sobre las espaldas del Kremlin
Otro general ruso ha muerto en un aparente suicidio en Golikovo –al noroeste de Moscú– durante la madrugada del lunes.
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Otro oligarca ruso que criticó a Putin se «suicida» en la India: Pavel Antonov, el rey de las salchichas
El general Vladimir Makarov, de 72 años, era el encargado de dirigir la persecución y represión policial de los opositores del Kremlin y de los periodistas independientes que suponen una amenaza para el gobierno ruso.
Su cuerpo apareció sin vida en su casa debido a una «autoinfligido» disparo en la cabeza tras ser despedido del ministerio del Interior de Rusia hace unas semanas por el presidente, Vladímir Putin.
Putin emitió un decreto para despedirlo el pasado enero, pero los motivos de este no han salido todavía a la luz.
El hijo mayor de Makarov fue el encargado de dar la voz de alarma y avisar a los servicios de emergencia, pero los médicos no pudieron hacer nada para salvarlo.
La muerte del general se suma a una larga lista de empresarios, generales y otros oficiales de alta graduación que se han encontrado muertos en circunstancias inexplicables desde principios del año pasado.
Entre ellos se encuentra el presidente de la petrolera rusa Lukoil, Ravil Maganov, que falleció tras caer por una ventana del Hospital Clínico Central de Moscú donde se encontraba ingresado.
El empresario había mostrado públicamente su deseo de que el conflicto con Ucrania terminara lo antes posible y se solidarizó con las víctimas.
A mediados de octubre, el coronel Roman Vasilyevich, uno de los responsables de cumplir el decreto de movilización parcial firmado por el presidente Vladímir Putin, apareció ahorcado en plena calle.
Familiares, amigos y vecinos afirmaron que el coronel nunca había mostrado intenciones suicidas y sospechan que alguien puso colocar el cuerpo en el lugar donde apareció.
A penas un mes después de la muerte de Vasilyevich, el coronel Vadim Boyko, subdirector de la Escuela Naval del Pacífico en Vladivostok, apareció muerto con 5 disparos en el pecho y en la sien.
La versión oficial difundida por los órganos de propaganda del Kremlin apuntaron al suicidio, sin tener en cuenta la dificultad de suicidarse con cinco tiros.
El protagonista de una de las últimas muertes en extrañas circunstancias dentro de la élite rusa fue el oligarca Pavel Antonov, que había admitido públicamente su disconformidad con la invasión de Ucrania y las decisiones de Putin.
El cuerpo sin vida de Antonov apareció en la acera de un hotel en la India tras «suicidarse», lo que confirma que las sospechosas muertes de ciudadanos rusos influyentes no se limitan a las fronteras del país.
