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Fotografía de la ficha policial de Alex MurdaughAFP

Sentencia del caso que conmueve a EE.UU.: cadena perpetua para Murdaugh por matar a su mujer y a su hijo

El juez ha condenado a cadena perpetua a Alex Murdaugh tras ser declarado culpable del asesinato de su familia

Alex Murdaugh, el poderoso abogado heredero de una saga de letrados de Carolina del Sur, Estados Unidos, ha sido declarado culpable del asesinato de su mujer y su hijo tras un juicio de seis semanas y condenado a cadena perpetua.

Después de tres horas de deliberación, los 12 miembros del jurado concluyeron que ha quedado demostrado que Murdaugh, de 54 años, disparó a quemarropa el 7 de junio de 2021 a su mujer Maggie (de 52 años) y a su hijo Paul (de 22) junto a las perreras de la finca de su propiedad.

Según señaló la BBC, cuyo equipo asistió al momento en que se leyó la sentencia, el abogado permaneció con una fría impasibilidad mientras escuchaba cómo lo declaraban culpable del asesinato de su familia.

La defensa, tras conocer la sentencia, presentó una moción para anular el juicio, moción rechazada por el juez Clifton Newman, que argumentó que «la evidencia de culpabilidad es abrumadora».

Según las pruebas aportadas durante el juicio, consideradas veraces por el tribunal, Murdaugh planeó el asesinato de su familia para ocultar sus delitos financieros y fraude fiscal.

Adicto a los analgésicos y a los lujos extravagantes, Murdaugh estafó y robó durante años a sus socios y a sus clientes para financiar su estilo de vida. Pese a las evidencias, el abogado se ha declarado inocente en todo momento.

El caso ha causado un enorme revuelo social en Estados Unidos. El interés por el proceso llevó a las plataformas Netflix y HBO a producir series documentales sobre el asesinato de la familia Murdaugh y el juicio contra el patriarca de la saga familiar de abogados.

El caso incluso se ha comparado con los asesinatos que inspiraron a Truman Capote para escribir su novela A sangre fría.

El juicio ha sido controvertido desde el inicio. No se presentaron pruebas concluyentes de culpabilidad contra Murdaugh: no hubo arma homicida, restos de ADN ni un móvil claro.

Pero las inconsistencias en el testimonio del abogado fueron su perdición. En todo momento, el presunto asesino aseguró que la noche de los asesinatos no se encontraba en las perreras, sino dentro de la casa familiar.

Un vídeo de Snapchat grabado por Paul instantes antes del asesinato, demostró que sí se encontraba en las perreras minutos antes de la hora del asesinato.

Ante la evidencia, Murdaugh reconoció que había mentido, pero se justificó con el argumento de que trataba de ocultar por vergüenza su adicción a los opiáceos, que lo habían sometido a un estado mental inestable.

En todo momento defendió su inocencia, insistió en que encontró los cuerpos de su mujer y su hijo muertos en las perreras, momento en que llamó al 911, y responsabilizó a un familiar de la víctima de un extraño accidente ocurrido unos años antes, en el que también estaría implicado Murdaugh, que estaría buscando venganza.

A medida que avanzaba el juicio, la culpabilidad de Murdaugh iba quedando más clara. El móvil financiero quedaba cada vez más claro: los fiscales presentaron pruebas de que Murdaugh robó millones de dólares a sus socios y clientes.

Sólo en 2019, estafó 3,7 millones de dólares en una práctica que llevaba ejecutando desde hacía años.

Los problemas se le empezaron a acumular cuando las evidencias de la estafa empezaron a salir a la luz y sus socios y clientes comenzaron a señalarle como responsable del desfalco.

Lo organizó meticulosamente. Atrajo a sus víctimas a las perreras y les disparó. Su mujer recibió cinco disparos con un rifle. Su hijo, dos.

Tras escuchar el veredicto, los oficiales de policía no perdieron el tiempo: acosados por los reporteros que se agolpaban a la salida de la Corte y lanzaban preguntas a gritos al condenado, metieron a Murdaugh esposado en la parte trasera de una camioneta policial para trasladarlo al penal.

Horas después se conocía la sentencia: pasará el resto de su vida en la cárcel.