Oriente Próximo
Al Asad sale del ostracismo internacional y se reúne con Putin en el 12º aniversario de la guerra de Siria
El presidente sirio ha mostrado su apoyo a Rusia en la guerra de Ucrania y ha acusado a Occidente de «acoger a los líderes nazis»
el presidente de Siria, Bachar Al Asad, ha viajado hasta la capital de Rusia para mantener un encuentro con su homólogo ruso, Vladimir Putin, principal aliado del mandatario sirio durante los 12 años de guerra que han asolado al país árabe, junto a Irán.
Una guerra, que se eterniza en el tiempo, y un terremoto después, Al Asad ha conseguido salir del ostracismo internacional y lo ha escenificado a lo grande con su llegada al Kremlin. Ambos líderes se estrecharon la mano y posaron sonrientes ante la prensa, antes de pasar a discutir las estrechas relaciones entre los dos países, ambos bajo sanciones de Occidente.
A su llegada a Moscú, Al Asad visitó la Tumba al Soldado Desconocido, situada en los Jardines de Alejandro, frente a las murallas Kremlin, donde ha depositado una ofrenda floral para rendir tributo a los caídos en la Gran Guerra Patria, término con el que se refiere Rusia a la que guerra contra la Alemania Nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
«Hay una necesidad de restablecer el equilibrio en el mundo de hoy, de lo contrario, se dirigirá hacia la explosión y la destrucción», enfatizó el mandatario sirio. Asimismo, agradeció a Putin su ayuda tras el terremoto del pasado mes de febrero que acabó con la vida de casi 6.000 personas. Según fuentes oficiales, Rusia suministró más de 20 toneladas de ayuda humanitaria a Siria, entre alimentos y mantas.
Moscú siempre ha sido el gran valedor del régimen de Damasco, junto con Irán. El Ejército ruso no dudo en intervenir militarmente en Siria, en 2015, para evitar la caída de Al Asad, en un momento en el que los rebeldes habían ganado mucha fuerza y terreno. Una guerra que precisamente hoy cumple ya 12 años y llevó a Damasco a convertirse en un Estado paria, incluso entre el resto de los países árabes.
Pero el terremoto ha servido de excusa a muchos Estados de la región para iniciar los contactos con el presidente sirio y acabar aceptando una realidad impuesta. Al Asad ha ganado la guerra, mientras que los rebeldes –una amalgama de grupos– solo controlan una pequeña parte del país, junto a la frontera de Turquía.
Emiratos Árabes Unidos, que apoyó a los rebeldes en el conflicto sirio, ha abanderado este viraje, junto a Omán, Egipto o Jordania. Siria vuelve al redil de los países árabes, doce años después de un conflicto armado que aún perdura y ha causado unos 500.000 muertos y ha expulsado de sus hogares a 13 millones de sirios.