Brasil
El Gobierno de Lula es desbordado por la ola de criminalidad provocada por las pandillas
Varias ciudades han cancelado las clases y el transporte público debido a la violencia provocada por las pandillas en el norte de Brasil
Por tercera noche consecutiva, los pandilleros del Estado de Rio Grande do Norte salieron a las calles para causar el caos y el terror. Se enfrentaron a la Policía, incendiaron autobuses y comercios y abrieron fuego varias veces en zonas urbanas.
Los altercados contra la Policía han causado, de momento, la muerte de dos personas y la detención de 67 pandilleros. En toda la región, la Policía también incautó varias armas de fuego, explosivos artesanales y vehículos, así como drogas y dinero en efectivo.
El gobierno de Lula – totalmente incapacitado para controlar los disturbios– ha enviado a hasta la fecha a 220 policías federales, un número que podría aumentar exponencialmente hasta los 800 si fuera necesario, indicó el ministro de Seguridad y Justicia, Flavio Dino, en una entrevista con CNN
No vamos a permitir que estos territorios sean entregados a prácticas criminalesMinistro de Seguridad y Justicia de Brasil
Hasta el momento –después de varios días de tensión extrema– el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, no se ha manifestado sobre los disturbios.
El móvil de los altercados
Se cree que los ataques fueron provocados por las terribles condiciones en las que viven los pandilleros en las cárceles de Brasil.
En 2017, el gobierno envió a la Fuerza de Tarea de Intervención Penitenciaria (FTIP) a las cárceles de Rio Grande do Norte para controlar un motín que dejó a más de 30 presos muertos. Desde entonces, los rumores de que el grupo de trabajo utiliza métodos violentos para controlar a los reclusos, no han dejado de aumentar.
La Policía sospecha que las dos bandas criminales que se reparten el territorio del Estado de Rio Grande do Norte han dejado de lado sus diferencias y se han unido para combatir a las fuerzas de seguridad.