El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y su mujer, recibieron en su residencia a Joe Biden y a la primera dama de EE.UU.
EE.UU. y Canadá acuerdan rechazar a los solicitantes de asilo que accedan por puestos fronterizos no oficiales
Estados Unidos y Canadá, ambos países norteamericanos con gobiernos que presumen de progresismo, han alcanzado un acuerdo para rechazar a todos los solicitantes de asilo que accedan a sus respectivos países de forma ilegal por las fronteras comunes.
El acuerdo se alcanzó como respuesta a la crisis desatada por los numerosos casos de cruces ilegales de la frontera entre Estados Unidos y Canadá por la carretera Roxham Road, que da acceso al estado canadiense de Quebec desde el estado estadounidense de Nueva York.
Se trata de una enmienda al Acuerdo de Tercer País Seguro adoptado en 2004 por Estados Unidos y Canadá que permite a los inmigrantes presentar su solicitud de asilo en el primer país seguro al que lleguen, sea Estados Unidos o Canadá.
La enmienda corrige una laguna presente en el texto de 2004 que impedía a Canadá rechazar a quienes cruzaran la frontera por puntos no oficiales, como el de Roxham Road.
La crisis migratoria de Roxham Road comenzó con la decisión de las autoridades de la ciudad de Nueva York de expedir billetes de autobús gratuitos para los inmigrantes que quisieran viajar a la frontera de Estados Unidos con Canadá.
Con los nuevos términos regulatorios de la política de asilo entre ambos países, los funcionarios fronterizos podrán rechazar a los solicitantes de asilo que se dirijan en cualquier dirección de la frontera si no han accedido por los pasos oficiales.
El acuerdo adoptado se anunciará en una comparecencia conjunta entre el presidente estadounidense Joe Biden y el primer ministro canadiense Justin Trudeau en Ottawa, donde se encuentra Biden de viaje oficial.
Canadá ha presionado durante meses a Estados Unidos para que aceptara modificar el texto. Sin embargo, la Casa Blanca ha demorado la aprobación de un nuevo acuerdo debido a que la prioridad migratoria de la administración Biden estaba centrada en la frontera sur con México.