396 días de guerra en Ucrania
La obsesión de Putin con conquistar Bajmut es «dañina» y «sin sentido» para los intereses rusos
La ofensiva rusa sobre Bajmut, con el objetivo de empujar el frente en la región de Donetsk, no solo se ha estancado definitivamente, sino que se ha vuelto contraproducente para los objetivos militares de las fuerzas rusas.
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Según se argumenta en el informe diario del Institute for the Study of War (ISW), el presidente ruso, Vladimir Putin, ha dado la orden de continuar las operaciones ofensivas sobre las ciudades de Bajmut y la vecina Avdiivka –donde las tropas rusas también se han estrellado una y otra vez contra las defensas ucranianas– a pesar de haber agotado toda posibilidad de conquistar ambas plazas.
La decisión de Putin, subraya el informe del ISW, indica que el presidente ruso «sigue buscando la victoria por medio de una guerra prolongada cuyo resultado quede determinado en gran parte por las realidades militares sobre el terreno».
En ese sentido, el inquilino del Kremlin tiene en mente el resultado de la Segunda Guerra Mundial como modelo de victoria, donde el fin de la guerra quedó determinado por la destrucción completa de la Alemania nazi y su Ejército, y cuyo tratado de paz vino simplemente a reconocer el resultado en el campo de batalla.
Por lo tanto, Putin no piensa en ningún fin de la guerra negociado, sino que apuesta por alargar la guerra todo lo necesario para agotar el apoyo occidental a Kiev y, a continuación, limitarse a aplastar a Ucrania.
Sin embargo, según el informe del ISW, los ataques a Bajmut y Avdiivka «no solo no tienen sentido, sino que son dañinos para los preparativos rusos de cara a la próxima fase de la guerra, que girará en torno a la próxima contraofensiva ucraniana».
En este momento, con sus capacidades ofensivas agotadas, los rusos no tienen ya ninguna opción de conquistar Bajmut y Avdiivka, pero incluso si las conquistaran, no obtendrían ninguna ganancia táctica, ya que las fuerzas rusas carecen de la capacidad de explotar hipotéticas nuevas ganancias territoriales.
«La continuación por parte de Putin de estas operaciones ofensivas rusas en el contexto operativo y estratégico actual equivale a una mala conducta estratégica. Gasta el escaso poder de combate ruso en la búsqueda de ganancias operacionalmente sin sentido en lugar de establecer las condiciones para recibir y derrotar una contraofensiva ucraniana que todos parecen esperar de forma inminente», apunta el informe del ISW.
En ese sentido, Ucrania está obligada a cumplir sus compromisos militares y lanzar la anunciada contraofensiva de primavera si quiere tener posibilidades de forzar a las tropas rusas a retirarse.
Sólo si las fuerzas ucranianas logran establecer la percepción de que cualquier victoria militar rusa es imposible y que el paso del tiempo solo significará una pérdida gradual por parte de Rusia de sus territorios conquistados, se podría «obligar a Putin a aceptar realidades militares desfavorables», lo que abriría la puerta a «un arreglo negociado de la guerra».
Con todo, el informe del ISW se muestra pesimista respecto a esa posibilidad. Se señala que es poco probable que Putin acepte en algún momento una realidad militar desfavorable, y que ha decidido continuar luchando «hasta el día de su muerte».
Por lo tanto, «un acuerdo negociado puede ser inalcanzable porque Putin no aceptará la realidad de que no puede conquistar Ucrania».