África
Bases militares en lugar de escuelas, el método de Egipto para combatir el terrorismo yihadista
La Fundación Sinaí para los Derechos Humanos denuncia que los niños de la región se están quedando «sin educación y con un analfabetismo exacerbado»
El conflicto en la península del Sinaí es una de las muchas contiendas silenciadas en el mundo. Egipto aplica una fuerte represión en esta región del país para hacer frente a los insurgentes y grupos yihadistas que operan desde el Sinaí. A causa de las operaciones antiterroristas llevadas a cabo por El Cairo, los civiles han sufrido la brutalidad del régimen.
La Fundación Sinaí para los Derechos Humanos (SFHR), junto con el medio británico The Guardian, ha llevado a cabo una investigación que revela que las fuerzas egipcias se han apoderado 37 escuelas y las han transformado en bases militares, mientras que docenas más han sido destruidas durante una guerra, que ya dura diez años, contra militantes en el Sinaí.
Esta situación pone en peligro el derecho a la educación de miles de niños en la región. Ahmed Salem, cofundador y director ejecutivo de SFHR, declaró al medio británico que «las escuelas se utilizan como bases porque suelen tener dos o tres pisos, mientras que la mayoría de los edificios de la zona son de un piso. Proporcionan a los militares un lugar para colocar francotiradores».
Desde 2013, Egipto lucha contra una insurgencia vinculada al Estado Islámico en el Sinaí, en la que los militantes han perpetrado decenas de ataques contra las fuerzas de seguridad y la población civil. El conflicto se desencadenó tras la revolución egipcia de 2011, en la que Hosni Mubarak fue derrocado y el Gobierno islamista que lo sustituyó fue depuesto por un golpe militar.
El general Abdel Fatah al Sisi, que orquestó la toma del poder, sigue gobernando en la actualidad y en los últimos años ha intensificado la ofensiva a gran escala en la vasta península del Sinaí. Durante todos estos años, se ha vuelto muy complicado determinar el número de víctimas civiles del conflicto, ya que las operaciones se tratado de ocultar y se ha prohibido el acceso a la zona a periodistas y observadores externos.
El Gobierno egipcio y los militantes han sido acusados por grupos de derechos humanos de cometer crímenes durante las hostilidades en el norte del Sinaí, donde viven aproximadamente medio millón de personas.
Asimismo, Human Rights Watch ha denunciado anteriormente que los bandos enfrentados han violado las leyes de la guerra y han cometido abusos contra los derechos humanos. También ha afirmado que las fuerzas de seguridad han matado a decenas de presuntos terroristas en «ejecuciones extrajudiciales».