Estados Unidos
¿Irá a la cárcel? ¿Puede ser candidato preso? Todas las preguntas sobre el futuro inmediato de Trump
La personalidad del magnate –y sus abogados– anticipa que dará la batalla y, lo que es más importante, que puede convertir su problema en oportunidad
La pregunta es inevitable. ¿Cómo sigue la película judicial y política de Donald Trump? El expresidente está dispuesto a escribir con letras gruesas los capítulos restantes de esta historia sin precedentes en Estados Unidos. La personalidad del magnate –y sus abogados– anticipan que dará la batalla sin descanso y, lo que es más importante, que puede ser hábil en convertir su problema en oportunidad. Otra cosa es si será capaz de volver a agitar a las masas y trasformar su caso en una revuelta nacional.
Para empezar, junto a su equipo de asesores, Trump analiza los pasos a seguir tras su procesamiento por un gran jurado que lo acusa de sobornar a la actriz porno Stormy Daniels para que no hiciera pública su relación. El pago, y ahí es donde se pilló los dedos el expresidente, lo materializó con dinero de la campaña.
Trump analiza también la forma más rentable en que piensa recorrer ese camino hasta los tribunales. El marido de Melania, muda pese a los escándalos de faldas de un marido desbocado con las mujeres, tendrá que comparecer de forma voluntaria o por la fuerza en el tribunal de Nueva York. Aquí deberá enfrentarse a la Fiscalía del Distrito Sur de Manhattan, donde caen las causas de Wall Street.
Trump asegura que irá por su propio pie, pero Ron DeSantis, gobernador de Florida y competidor en las primarias de los republicanos, advirtió, con ojo electoral, que no lo extraditaría si el expresidente decidiera saltarse a la torera la orden judicial.
La cuestión, en este momento, es encontrar respuestas a las preguntas que definirán el futuro inmediato del hombre que sueña con volver a la Casa Blanca
¿Huellas dactilares y foto de perfil?
El expresidente se ha comprometido a acudir voluntariamente a los tribunales. Desde su residencia de Mar-a-Lago, donde juega al golf y recibe a sus aliados, Trump podría partir a bordo de su avión privado esta semana y aterrizar en cualquiera de los aeropuertos de Nueva York para luego ir al juzgado en su coche.
Los medios estadounidenses observan que podría tratar de negociar su entrada en los tribunales por una puerta lateral para evitar al enjambre de periodistas que, como es previsible, estarán haciendo guardia estos días. Sin fecha definida para su comparecencia, si no es el martes, todo parece indicar que será el miércoles a más tardar.
El expresidente deberá seguir el procedimiento de cualquier otro presunto delincuente común
Tanto si el juez accede a las supuestas peticiones de Trump de saltarse el cerco de cámaras como si no, el expresidente deberá seguir el procedimiento de cualquier otro presunto delincuente común. Esto es, remangarse y dejar impresas sus huellas dactilares o, como se decía en las películas de Paco Martínez Soria, tocar el piano. El trámite incluye los consabidos retratos de frente y de perfil.
¿Con o sin esposas?
La duda persiste y, hasta el momento, nadie termina de despejarla. La decisión de colocarle las esposas (de acero inoxidable, no de carne y hueso) parece que dependerá del juez. Del magistrado también será la decisión de ordenar su ingreso en prisión o dejarle libre. En el primer caso, la escena podría resultar un tanto surrealista, la imagen del primer expresidente de Estados Unidos, con el traje naranja butano y los guardaespaldas entrando en prisión resulta inverosímil. Pero, visto lo visto, parece que en Estados Unidos todo es posible.
El juicio final
El magistrado deberá decidir la fecha de la vista. Hasta que llegue el momento lo previsible es que Trump espere en su residencia de Mar a Lago, pero existe la posibilidad de que el juez ordene su ingreso en prisión. En cualquier caso, se le retirará el pasaporte y se le prohibirá viajar. La lectura de cargos será otro momento de tensión ya que debe ser pública y los seguidores del expresidente –como la prensa– no están dispuestos a perdérsela.
La sentencia podría ser de hasta cuatro años de cárcel si Trump resulta condenado de un delito grave (en rigor se desconocen todos los cargos), pero con los indicios conocidos los analistas aprecian que lo más probable es que reciba una multa y se libre de estar entre rejas. Una fotografía que para cualquier otro candidato sería una condena garantizada, pero quizás para Trump podría convertirse en su mejor baza de campaña.
¿En prisión y candidato?
Pase lo que pase, Donald Trump puede ser candidato a la presidencia e intentar la reelección que le arrebató, por un puñado de votos, Joe Biden. La legislación estadounidense no impide que un recluso se presente a las elecciones e incluso que ejerza un cargo público.
La BBC recuerda que Trump hasta podría ejercer la presidencia, si fuera condenado a prisión, desde la cárcel. Este extremo resulta poco probable.
El escenario más cercano a la realidad de Trump parecería ser una multa por un delito menor, pero ejemplar para otros políticos. En definitiva, el delito de Trump fue pagar 130.000 dólares, con fondos de campaña, por el silencio de la actriz porno que, pese a cobrar, decidió traicionarle y contar la verdad, nada más que su verdad sobre el affaire más caro de de los 76 años de vida de Donald Trump.
Dicho esto, el expresidente era y es el candidato favorito en todas las encuestas.