403 días de guerra en Ucrania
El embajador ruso en Bielorrusia confirma que desplegarán armas nucleares tácticas en la frontera con la OTAN
El Kremlin vuelve a usar la amenaza nuclear para disuadir a Occidente en su apoyo a Ucrania
La amenaza nuclear se ha convertido en una de las tácticas rusas, poco exitosa, para disuadir a Occidente de apoyar a Ucrania. Moscú ha ido un paso más allá y, según ha afirmado el embajador ruso en Bielorrusia Boris Gryzlov, desplegará armas nucleares tácticas cerca de las fronteras con la Alianza Atlántica.
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Según ha afirmado el embajador ruso a medios locales, «esto ampliará nuestra capacidad de defensa, y se hará a pesar de todo el ruido en Europa y Estados Unidos». Gryzlov especificó que las armas nucleares rusas serán «trasladadas cerca de la frontera occidental de Bielorrusia», pero no indicó ninguna ubicación precisa.
El mandatario ruso también aseguró que Rusia había ayudado a modernizar los aviones de guerra bielorrusos para hacerlos capaces de transportar armas nucleares. Los dos vecinos tienen un acuerdo que prevé estrechas relaciones económicas, políticas y militares.
De hecho, las tropas rusas utilizaron el territorio bielorruso como trampolín para invadir Ucrania y mantienen allí un importante contingente tanto de hombres como de armamento.
El despliegue de armas nucleares tácticas rusas en Bielorrusia las situaría más cerca de objetivos potenciales en Ucrania y de miembros de la OTAN en Europa Central y Oriental. A pesar de la constante amenaza nuclear, los países aliados de Ucrania no retroceden.
Occidente persiste en su envío de armamento con los carros de combate Leopard 2, Challenger o los Abrams. Además, países como Polonia o Eslovaquia ya han anunciado su voluntad de suministrar aviones de combate. Mientras que Rusia sigue apuntado hacia la OTAN como principal causa de todos los males de nación rusa.
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Putin presentó la semana pasada las nuevas líneas de la política exterior rusa, un documento en el que no había nada de novedoso, sino que ahonda en la retórica habitual del Kremlin. Según la visión del mandatario ruso, la Alianza pretende acabar con los valores y la esencia del Estado.
Además, culpa a la OTAN de suponer una amenaza para Rusia, cuando paradójicamente, Moscú mantiene en la actualidad un conflicto abierto en Ucrania, originado por la manía persecutoria de Putin, que considera a todo lo occidental como una amenaza en potencia.