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Liubov abandona su casa con su perrita chihuahua en brazosAFP

404 días de guerra en Ucrania

El éxodo de Bajmut: los últimos civiles huyen como pueden del objetivo de Putin

La ciudad que antes de la guerra tenía 70.000 habitantes antes de la guerra se convierte en un páramo

Un grupo de civiles emerge de un vehículo blindado, con algunos enseres en la mano, un perro y un gato. Después de meses bajos las bombas en Bajmut, decidieron finalmente abandonar el epicentro de los combates en el este de Ucrania.

Al llegar a Chasiv Yar, una ciudad ucraniana también bombardeada por las fuerzas rusas, Liubov llora con su chihuahua Margot en brazos.

«Deberíamos habernos ido antes», dice la mujer. «Creíamos que todo esto no podía llegar a ocurrir», agrega.

Desde el pasado verano boreal, las fuerzas rusas tratan de ocupar Bajmut, una ciudad con 70.000 habitantes antes de la guerra.

Algunos miles de personas se quedaron allí a pesar de los sangrientos combates callejeros y los ataques constantes del ejército ruso y el grupo paramilitar Wagner.

Los rusos aseguran haber llegado al centro de la urbe y el jefe de Wagner, Yevgenui Prigozhin, afirmó controlar la alcaldía y la ciudad «en un sentido legal», una reivindicación rechazada por Kiev y no confirmada por Moscú.

«Estábamos en un sótano, no vimos a nadie», dice Liubov que no sabe cuántos civiles quedan en Bajmut.

Grupo de civiles huye de Bajmut con ayuda del Ejército ucranianoAFP

La unidad de soldados ucranianos que evacuó al grupo recorrió en media hora los 17 kilómetros hasta Chasiv Yar.

La mujer espera poder instalarse en Járkov, la segunda ciudad de Ucrania, en el noreste del país y a algunos kilómetros de la frontera rusa.

De momento, ella y los compañeros pasarán la noche en un centro de acogida para personas desplazadas en Kostiantynivka, a 20 kilómetros de distancia, dijo un soldado.

Y es que Chasiv Yar está lejos de ser un oasis de paz. Poco después de la salida de los refugiados, un obús pasa silbando por encima de las cabezas de los periodistas de Afp en la ciudad, por donde circulan tanques y blindados ucranianos desde o hacia el frente.

En Bajmut «es la guerra», comenta fumando un cigarrillo un soldado que ha participado en la evacuación del grupo de civiles, compuesto por dos familias y una mujer sola.

Es difícil estimar cuántos habitantes viven en los sótanos, pero estima que entre 1.000 y 5.000

Según el militar, que solicita anonimato, es difícil estimar cuántos habitantes viven en los sótanos, pero estima que entre 1.000 y 5.000. Las fuerzas armadas no los buscan activamente, algunos «salen y dicen que quieren irse».

Otro soldado, con el rostro manchado de barro, explica que es la segunda vez en una semana que su unidad extrae civiles de Bajmut. Según él, los que se quedaron «esperaban que todo iría bien».

«Pero es una batalla por cada edificio. Las opciones de que su domicilio quede intacto son muy bajas», dice.

Un blindado encabeza la caravana de civiles que huye de BajmutAFP

A pesar de los combates, el acceso a la ciudad por parte de los militares ucranianos todavía es «fácil», dice otro militar, que refuta la reivindicación del jefe de Wagner.

«Plantar una bandera no quiere decir que hayan tomado la ciudad», afirma. «La situación está bajo control», insiste.

«En nuestro sector, el enemigo intentó pasar a la ofensiva, pero tuvo pérdidas. Alrededor de 30 de ellos están muertos. En nuestro sector ya no intentan nada», asegura el soldado, aunque reconoce que en otros lugares «la situación puede ser complicada».

Pero incluso si Bajmut cae, «la retomaremos», insiste el militar, que cita el ejemplo de Jersón, una gran ciudad del sur reconquistada en noviembre a los rusos.