409 días de guerra en Ucrania
Un desertor de los servicios secretos rusos revela la paranoia de Putin y ofrece detalles de su tren secreto
Un líder aislado, sin comunicación con el exterior, que no usa jamás ni teléfonos móviles ni internet. Un líder que sólo recibe información de sus más estrechos colaboradores. Un líder obsesionado con la seguridad y con las enfermedades.
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Así describe al presidente ruso Vladimir Putin el ingeniero de telecomunicaciones y excapitán del Servicio de Protección Federal ruso (FSO), Gleb Karakulov, de 36 años, que desertó en 2022.
El FSO es el organismo del gobierno ruso encargado de proteger a los funcionarios de más alto rango del Kremlin. Karakulov trabajaba en el encriptado de mensajes para Putin y otros altos funcionarios rusos.
En diciembre de 2022, Karakulov ofreció una larga entrevista al Dossier Center, un organismo dedicado a la investigación política fundado por el multimillonario ruso exiliado, Mikhail Khodorkovsky.
The Guardian ha tenido acceso a la entrevista y la ha revisado para desgranar las revelaciones ofrecidas por el antiguo miembro de la Dirección de Comunicaciones Presidenciales.
En la entrevista, Karakulov, que aseguró que viajó en más de 180 viajes con altos funcionarios, incluido Vladimir Putin, da detalles de una intrincada red de trenes secretos organizada para garantizar la seguridad del presidente ruso en sus desplazamientos.
Los trenes se usan porque «no se pueden rastrear con ningún recurso de información. Se emplean para garantizar el sigilo».
Revela también la existencia de oficinas idénticas en San Petersburgo, Sochi y Novo-Ogaryovo para uso presidencial y de un estricto protocolo de seguridad antipandemia que revela que Putin sigue obsesionado con la posibilidad de contagiarse de COVID-19.
Según el excapitán del FSO, Putin sigue viviendo en una permanente cuarentena, no permite que nadie se acerque a él, obliga a sus interlocutores a mantener enormes distancias y a los empleados que trabajan con él a guardar cuarentenas de dos semanas.
Putin vive «patológicamente asustado» y teme por su vida. Karakulov confirmó que el comportamiento de Putin cambió radicalmente tras el inicio de la pandemia de coronavirus en 2020.
Desde entonces vive aislado del mundo: «Su visión de la realidad se ha distorsionado», aseguró. «Nuestro presidente ha perdido el contacto con el mundo. Desde hace dos años vive en una burbuja de información, pasa la mayor parte de su tiempo encerrado en alguna de sus residencial, que son como búnkeres».
«Teme patológicamente por su vida y se rodea de una barrera infranqueable de cuarentenas y ausencia de información. Solo valora su propia vida y la de sus familiares y amigos», añadió Karakulov.
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En todos sus desplazamientos, aseguró, Putin viaja acompañado de una corte de funcionarios que incluye bomberos, médicos y personal que se dedica a probar su comida para asegurarse de que no está envenenada.
También reveló que los servicios de inteligencia rusos periódicamente organizan falsos viajes de Putin con caravanas de vehículos y aviones en una maniobra que revela una absoluta obsesión persecutoria.