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Vahagn Khachaturyan, presidente de Armeniapresident.am/hy

Entrevista con Vahagn Khachaturyan, presidente de Armenia

«El problema de no reconocer el genocidio armenio es de los españoles, el nuestro es mostrar lo que pasó»

El presidente de Armenia admite que el país está «en una situación complicada» bajo amenaza de una invasión total de Azerbaiyán

Vahagn Khachaturyan recuerda que se cumplen 108 años del genocidio armenio, una masacre cometida entre 1915 y 1923, donde murieron millón y medio de personas a manos del imperio otomano, actual Turquía. El presidente de Armenia califica aquel episodio, o proceso de exterminio, de «tragedia nacional».

Khachaturyan, ex alcalde de Ereván, la capital del país, lamenta que todavía haya países que no reconocen su historia y admite que existe una amenaza latente de guerra con Azerbaiyán, tras bloquear el país vecino el corredor de Lachín, en la región de Nagorno Karabaj, y mantener aislada, desabastecida y sin energía a su población, mayoritariamente armenia.

–España es uno de esos países que no reconoce el genocidio armenio y tampoco tiene abierta Embajada en Ereván.

–El problema de no reconocer el genocidio armenio es de los españoles. El nuestro es mostrar al mundo y documentar, como hacemos, la verdad de lo que sucedió… Cada país debe responder de sus actos, pero nunca debe estar seguro de que no le puede pasar lo mismo y menos España que conoce bien lo que es una guerra. Para nosotros es muy importante que las naciones reconozcan el genocidio armenio. Nuestra obligación es respetar la memoria de las víctimas.

El salón en el que Vahagn Khachaturyan recibe en su residencia a los periodistas extranjeros responde a la estética y decoración de la ex Unión Soviética y la larga mesa blanca es idéntica a la que usa Vladimir Putin para recibir a presidentes y jefes de Estado.

Khachaturyan observa que está dispuesto «a hablar con España» sobre el genocidio que marca el pasado, el presente y el futuro de Armenia, pero «con Turquía, –afirma tajante– no es posible. Primero, –insiste– tiene que asumir su responsabilidad. Esto, es muy importante para nosotros».

Aún así, el horizonte con su vecino no parece que lo vea totalmente negro. «Algún día Turquía reconocerá el genocidio armenio. No hacerlo es lo que impide que mantengamos unas relaciones de vecindad correctas.» Dicho esto, celebra: «La balanza comercial con Turquía es favorable a Armenia en 400 millones de dólares. Nuestra economía va bien, hemos crecido un 12 %, tenemos un 5 % de inflación, las exportaciones han aumentado un 100 % y tenemos inversiones locales y extranjeras»

En la reunión con El Debate y enviados especiales de La Nación, Clarín e Infobae de Argentina, el presidente que asumió el cargo el 13 de marzo del pasado año, hace repaso al conflicto con Azerbaiyán que amenaza con transformarse en una guerra.

Azerbayán busca una limpieza étnica, otro genocidio como el turco porque obliga a los armenios a ser azeríes o les expulsa

–En Nagorno Karabaj casi toda la población es armenia pero, oficialmente, el territorio pertenece a Azerbaiyán. ¿Ustedes reconocen esa soberanía?

–Viven 120.000 armenios. Nosotros reconocemos la independencia y la integridad territorial de Nagorno Karabaj. Lo que necesitamos es garantizar que el pueblo armenio pueda vivir seguro y Azerbaiyán no lo hace. Si más adelante pudiera ofrecer esas condiciones de seguridad y respeto a los derechos humanos [a la cultura y la lengua] para el pueblo armenio que vive ahí, aceptaríamos esa situación, pero hoy por hoy, no es así. Azerbaiyán también busca una limpieza étnica, otro genocidio como el turco porque obliga a esos armenios a ser azeríes o les expulsa.

En cuanto al argumento religioso, como excusa de Azerbaiyán para justificar el conflicto, lo rechaza de pleno: «Lo quieren presentar bajo ese prisma, pero es falso porque Armenia mantiene relaciones cordiales con países musulmanes sin que haya ningún problema» y pone de ejemplo a «Siria, Irak, Egipto…»

–¿Qué solución sería la ideal para ustedes?

–Lo ideal sería un acuerdo, con vocación de permanencia, a tres bandas: entre Armenia, Azerbaiyán y Rusia que marque y delimite con claridad las fronteras y las condiciones. Nosotros no tenemos problemas si quieren remitirse a hace 1.000, 2.000 ó 3.000 años atrás porque ya estábamos aquí.

–¿Confían en que ese escenario de consenso es hoy posible?

–A nosotros lo que nos falta es confianza porque Azerbaiyán cada día modifica la situación y reclama más soberanía sobre territorio que es de Armenia. En este contexto, no se dan las condiciones para una negociación y no, no lo veo posible. Estamos en una situación complicada

El presidente de Armenia recuerda que el Ejército azerí ha avanzado por las bravas en el corredor de Lachín que comunica con Armenia y hace menos de una semana, estableció un puesto fronterizo donde impide el libre tránsito, lo que se traduce, a efectos reales, en un asedio a la región de Nagorno Karabaj. «Hasta el 12 de diciembre de 2022 la situación era normal, pero ese día un supuesto grupo de ecologistas cerró el paso (de 90 kilómetros). Han pasado más de cuatro meses y la población está sin suministro de energía, alimentos o medicinas», lamenta Khachaturyan.

el 12 de abril el Ejército de Azerbayán cruzó la frontera y como resultado del enfrentamiento murieron cuatro soldados armenios

El escenario se complicó aún más «el 12 de abril, el Ejército de Azerbaiyán cruzó la frontera y como resultado del enfrentamiento murieron cuatro soldados armenios».

Si no fuera por Rusia quién sabe cómo estaríamos ahora con Turquía

Khachaturyan lamenta que «Rusia, por sus problemas internos no está muy activo», aunque, añade, «si no fuera por Rusia quién sabe cómo estaríamos ahora».

A renglón seguido añade que «Estados Unidos ejerce sus buenos oficios, pero no sabemos si serán efectivos. Lo mismo sucede con la Unión Europea, pero todavía no tenemos resultados».

El presidente de Armenia se refiere con más dureza a «Israel, su injerencia es un factor que nos molesta porque tiene intereses propios por su relación con Irán», matiza en alusión al enfrentamiento histórico entre Teherán y Tel Aviv.

En cualquier caso, reflexiona, «no vamos a permitir que Azerbaiyán ocupe Armenia. Nos vamos a defender». En desventaja de armamento, el presidente añade, «en ocasiones la razón se impone antes que el poder de la fuerza».