África
Las facciones enfrentadas en Sudán acuerdan un alto el fuego de siete días
Los dirigentes del Ejército y las fuerzas paramilitares en guerra se han comprometido también a designar a representantes para iniciar unas negociaciones
Sudán continúa protagonizando encarnizados combates entre el Ejército oficial, liderado por Abdefatá al Burhan, y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), con Hamdan Dagado, también conocido como Hemedti, al frente. Los dos hombres fuertes mantienen al país africano al vilo de una guerra civil.
Tras tres semanas de intensos combates, el vecino Sudán del Sur ha anunciado que las partes han acordado un alto el fuego de siete días a partir de mañana. Asimismo, se han comprometido a designar representantes para las negociaciones.
Los dirigentes del Ejército y las fuerzas paramilitares en guerra en Sudán han acordado, en principio, una tregua de siete días del 4 al 11 de mayo, durante una conversación telefónica con el presidente sursudanés, Salva Kiir, anunció el martes el Ministerio sursudanés de Relaciones Exteriores.
Sin embargo, la violencia se ha intensificado estos días. «Se escuchan tiroteos, aviones militares y disparos antiaéreos», revela un habitante de la capital sudanesa, Jartum, a la agencia Afp. Los combates, que se iniciaron el pasado 15 de abril, han causado ya más de 500 muertos, principalmente en Jartum y en Darfur (oeste), y miles de heridos, según un primer balance.
Además, más de 330.000 personas se han convertido en desplazadas internas y otras 100.000 han huido hacia países vecinos, según la ONU, que calcula habrá una cantidad ocho veces mayor de refugiados.
El alto funcionario de Naciones Unidas en Sudán, Abdou Dieng, ha advertido de que la situación se encamina a una «catástrofe en toda regla». Ante esta compleja situación, el responsable de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, ha viajado hasta el país africano para evaluar la situación en el terreno.
«Llegué a Port Sudan para reafirmar el compromiso de la ONU con el pueblo sudanés», escribió en Twitter, en un momento en el que están llegando los primeros cargamentos de ayuda humanitaria al país.
Unos envíos de vital importancia, después de que las organizaciones humanitarias que proporcionan alimentos, sanidad y otros servicios a los refugiados hayan retirado a su personal de Sudán y suspendido gran parte de sus operaciones por la situación de inseguridad.