¿Dónde está Lukashenko? La ausencia del presidente bielorruso desata una ola de rumores sobre su salud

El misterio suele envolver a los aprendices de dictadores y a los que lo son por méritos consumados. En el caso del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, su ausencia desde el pasado 9 de mayo, Día de la Victoria soviética y de los aliados sobre la Alemania nazi, ha disparado todo tipo de especulaciones, pero la que parece tener más peso es la de enfermedad y ésta no sería un tema menor.

Un diputado ruso vino a alimentar con sus declaraciones los rumores al confirmar que el estado del socio de Putin «está enfermó». Sin embargo, por amor o por temor, que nunca se sabe, el jefe de Estado de Bielorrusia estuvo junto a otros seis líderes de Asia Central y de Armenia el pasado martes en Moscú para acompañar a Putin, en la plaza Roja en el tradicional desfile militar del Día de la Victoria que Rusia se atribuye casi en exclusividad.

Lukashenko ofreció una imagen un tanto lastimosa al tener que recurrir a transporte mecánico para recorrer distancias ridículas y no asistió al almuerzo que el jefe del Kremlin ofreció a sus homólogos. De hecho, el bielorruso fue el único líder que se trasladó a la tumba del Soldado Desconocido en coche eléctrico, pese a encontrarse el monumento a apenas 300 metros a pie, informa Efe.

Cumplida su misión de respaldo a un Putin con frentes abiertos por todas partes y al que cada día le cuesta más encontrar amigos, Lukashenko se marchó inmediatamente después de este acto en el que los líderes depositaron flores en la tumba.

Lo curioso es que el Día de la Victoria se celebra con la misma pompa en Bielorrusia, pero Lukashenko prefirió estar presente en los actos de Moscú por la mañana. Por la tarde, ya en Minsk, sí participó en un acto de conmemoración del Día de la Victoria, pero, cosa poco habitual en él, no pronunció ningún discurso.

Desde entonces se desconoce su destino y se oculta su agenda, lo que da pie a más rumores y especulaciones sobre su supuesta precaria salud. La agencia estatal BELTA y el servicio de prensa del líder bielorruso, también extraño, permenecen mudas y no escriben una palabra sobre esta situación que mantiene a los bielorrusos que le quieren preocupados y a la oposición atrincherada en el exterior, con expectativas de recuperar una democracia verdadera si Lukashenko se ve obligado a retirarse.

En este escenario, el sábado por la tarde, los oyentes de Euroradio dieron la voz de alarma al informar que una comitiva oficial se había apostado en el Hospital Zhdanovichi, en las afueras de Minsk.

Según este medio, las entradas del centro médico fueron bloqueadas y un formidable dispositivo de seguridad se desplegó en las carreteras que conducen a la clínica.

Los rumores sobre el estado de salud de Lukashenko se intensificaron aún más el domingo, Día de la Bandera, el Escudo y el Himno de Bielorrusia, cuando el mandatario no apareció para conmemorarlo.

El primer ministro, Román Golóvchenko, pronunció en su lugar un discurso y leyó un mensaje supuestamente escrito por el presidente.

El mismo domingo el primer vicejefe del Comité de Asuntos de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) de la Duma rusa (Cámara Baja), Konstantin Zatulin, confirmó finalmente que Lukashenko «acaba de enfermarse», pero destacó que está enfermo como cualquier otra persona.

«A pesar de que el hombre se enfermó, consideró que era su deber ir a Moscú y luego, en la noche del mismo día, realizó eventos en Minsk. Probablemente necesite descansar, eso es todo», dijo en una entrevista con el periódico ruso Podiom.

Según aseguró el domingo en su canal de YouTube uno de los líderes opositores de Bielorrusia en el exilio, el exministro de Cultura Pavel Latushko, Lukashenko tiene una infección vírica severa.

Indicó que, en concreto, se le ha diagnosticado una «miocarditis alérgica infecciosa», según recoge el periódico digital independiente Zerkalo, registrado fuera de Bielorrusia.

Así las cosas, la pregunta sobre ¿dónde está Lukashenko? sigue sin respuesta.