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El primer ministro griego y líder del partido Nueva Democracia, Kyriakos MitsotakisAFP

Elecciones en Grecia

Kyriakos Mitsotakis, un conservador liberal en pie de guerra contra la inmigración

El primer ministro griego ha recibido el apoyo del 40 % de los votantes en las elecciones del domingo gracias a su gestión económica y política en materia migratoria

El actual primer ministro de Grecia, el conservador Kyriakos Mitsotakis, ha sido elegido como el favorito en las elecciones del domingo con un 40 % de los votos. Mitsotakis ha movilizado a los griegos con un mensaje de estabilidad, crecimiento económico y rechazo a la inmigración.

Mitsotakis proviene de una de las familias más destacadas de la política griega: su padre, el ex primer ministro Konstantinos Mitsotakis (1918-2017) era sobrino de Eleutherios Venizelos (1864-1936) uno de los jefes de Gobierno más influyentes en la historia del país helénico.

Kyriakos Mitsotakis es además hermano de Dora Bakoyanis, ex ministra de Exteriores y antigua alcaldesa de Atenas.

A sus 55 años, Kyriakos ha superado ya a su padre al mantenerse en el poder durante una legislatura completa, y aspira a derrotar de nuevo a la izquierda de Alexis Tsipras con la promesa de subir los salarios y modernizar el país.

Después de graduarse en Ciencias Sociales por la Universidad de Harvard (EE.UU.) y terminar un postgrado en Integración Europea en Stanford (EE.UU.), Mitsotakis trabajó como analista y gestor financiero en Londres y Atenas.

El salto a la política griega llegó en 2004, cuando fue elegido diputado con los conservadores de Nueva Democracia (ND).

Durante el Gobierno de Antonis Samarás (2012-2015) fue ministro de Reforma Administrativa y un año después fue elegido presidente de ND, el mismo partido que lideró su padre.

En julio de 2019 logró derrotar a Tsipras tras sumar el 40 % de los votos, lo que le permitió gobernar con mayoría absoluta durante los últimos cuatro años.

Liberal en economía, duro en inmigración

Las políticas liberales de Mitsotakis hicieron que la economía griega creciese muy por encima de la Unión Europea (UE) y llegasen grandes inversiones extranjeras a un país que rozó la bancarrota en la década pasada.

En agosto pasado, Grecia abandonó los mecanismos de vigilancia impuestos por sus acreedores durante los 12 años anteriores, tras los grandes rescates financieros, lo que supuso un gran espaldarazo para el primer ministro.

Grecia puede ahora endeudarse en los mercados pagando un tipo de interés similar al de Italia.

Gracias a esa mejora de la situación económica, Mitsotakis eliminó una serie de impuestos, subió las pensiones y el salario mínimo.

El primer ministro también ha mejorado las relaciones con la Comisión Europea, donde cuenta con el apoyo de la también conservadora Ursula Von der Leyen. Mitsotakis combina su liberalismo en lo económico con políticas de mano dura en inmigración.

Durante su mandato, Grecia fue acusada por varias ONG y por medios internacionales de violar los derechos humanos en el mar Egeo al practicar «devoluciones en caliente» de inmigrantes y refugiados hacia la vecina Turquía.

Mitsotakis siempre ha negado las acusaciones alegando que su Gobierno no viola los derechos humanos en sus fronteras y que aplica una política «estricta pero justa» en inmigración.

Su Ejecutivo cerró los centros de acogida para inmigrantes en las ciudades y abrió nuevas estructuras en el interior del país.

Luces y sombras de Mitsotakis

El escándalo que más dañó a la imagen de Mitsotakis fue sin duda el del espionaje a políticos, periodistas y empresarios por parte de los servicios secretos EYP, que él mismo puso bajo su control directo nada más ser investido como primer ministro.

Tras estallar el caso en agosto, Mitsotakis reconoció que EYP espiaba al líder socialdemócrata de Pasok-Kinal (tercera fuerza política), Nikos Andrulakis, pero alegó que él «no tenía constancia» de que esto sucedía.

A medida que aumentaban las revelaciones sobre las personas que fueron espiadas y sobre el papel del Gobierno, las preocupaciones sobre el estado de Derecho en Grecia crecían.

Además, su imagen se vio empañada por el grave accidente de tren del 28 de febrero pasado, sucedido en el norte de Grecia, donde murieron 57 personas.

Aunque los ferrocarriles griegos han sufrido décadas de negligencia, el accidente dañó el mensaje de Mitsotakis sobre la modernización de Grecia en los últimos años y mostró la urgente necesidad de inversión en infraestructuras clave.