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Policías kosovares aseguran la zona cercana al edificio municipal de Zvecan, KosovoEFE

EE.UU. acusa a Kosovo de recurrir a la violencia en el conflicto con la comunidad serbia

Washington acusa a Pristina de usar la fuerza para instalar alcaldes en zonas de etnia serbia

Estados Unidos junto con varios países occidentales han acusado a Kosovo de recurrir a la violencia y contribuir a la escalada de tensiones con Serbia. Washington acusa a Pristina de usar la fuerza para instalar alcaldes en zonas de etnia serbia, quienes no reconocen la autoridad de los ediles.

El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, puso al Ejército en alerta máxima de combate y ordenó a las unidades que se acercaran a la frontera tras los enfrentamientos del viernes entre la Policía kosovar y los manifestantes opuestos a los alcaldes de etnia albanesa.

La Policía disparó gases lacrimógenos en la ciudad de Zvecan para dispersar a una multitud que trataba de impedir que un alcalde recién elegido entrara en su despacho, después de que una votación celebrada en abril fuera boicoteada por la mayoría serbokosovar en cuatro municipios del norte, cerca de la frontera con Serbia.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, criticó al Gobierno de Kosovo por acceder por la fuerza a los edificios municipales y pidió al primer ministro, Albin Kurti, que diera marcha atrás.

En un comunicado, Blinken afirmó que las acciones de Kosovo iban en contra de los consejos estadounidenses y europeos y habían «agudizado las tensiones de forma brusca e innecesaria, socavando nuestros esfuerzos por ayudar a normalizar las relaciones entre Kosovo y Serbia, y tendrán consecuencias para nuestras relaciones bilaterales con Kosovo».

Por su parte, Gran Bretaña, Francia, Italia y Alemania emitieron una declaración conjunta en la que pedían a las autoridades kosovares que dieran un paso atrás y rebajaran la tensión. Washington ha sido el principal apoyo político, militar y financiero de Kosovo desde que declaró su independencia de Serbia en 2008.

Los albaneses constituyen más del 90 % de la población de Kosovo, y los serbios sólo son mayoría en la región septentrional.

Los serbios de la región septentrional de Kosovo no aceptan la declaración de independencia de Serbia de 2008, casi una década después del final de una guerra allí, y siguen considerando Belgrado como su capital.

En marzo, Kosovo y el gobierno serbio acordaron verbalmente un plan respaldado por Occidente para aliviar las tensiones concediendo más autonomía a los serbios de la región, aunque el gobierno de Pristina mantendría la autoridad en última instancia.